A principios de año, el Wall Street Journal informaba de que la "nueva hora de acostarse más popular entre los veinteañeros" eran las 21.00 horas. Los jóvenes de entre 18 y 35 años se acuestan antes, y los negocios reaccionan: los bares y discotecas de Nueva York organizan eventos más temprano y aumentan las reservas para cenar antes de las 18.00 horas.
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Cuando la gente ve normal cenar a las 22, imagina el resto.
Y si de paso le comentas que hay algo llamado "autocrítica", pues igual le sirve.
Eso se traduce en que hay locales donde no cabe un alfiler al lado de locales donde podrías echarte un partidito de futbol sala.
Y eso que fui un pieza muy golfo hasta casi los 30.