Pregunta:Buenas tardes y bienvenidos a Pregúntame, la sección de entrevistas de Menéame en la que los usuarios envían las preguntas. Hoy nos acompaña Tomás fuentes, que es cómico, locutor, presentador, guionista, productor de comedia y monologuista. Colabora en la web satírica el mundo today y vía lliure de RAC uno.
Entre otras cosas, es copresentador de la ruina junto a Ignasi Taltavull. Bienvenido Tomàs.
Respuesta: Muchas gracias, muchas gracias por invitarme.
P: La primera pregunta la manda @Dakaira, sabes que es obligatoria: “¿La tortilla con cebolla o sin cebolla?”
R: A ver, empezamos polémicos. Yo soy yo equidistante, prefiero sin cebolla, pero no le hago asco a una con cebolla. También la prefiero sin cebolla, porque yo soy cocinar tan poco, que cuantos menos cosas lleve mejor, más fácil para que no no prenda fuego a la cocina, pero yo soy más de sin cebolla, sin.
R: Te apuntaremos en los sincebollistas y actuamos en consecuencia. Pasamos a la siguiente que la manda @JaviBaz y dice: “ya no bebes cerveza en La Ruina, últimamente estáis con agua”.
R: Hemos reducido el número de cerveza, por un lado porque ya no tenemos el patrocinio y por otro lado, también porque nos dimos cuenta que eran como feo estar bebiendo todo el rato cerveza. Un poco de responsabilidad, porque nosotros no tenemos que educar a nadie.
Nos hacía un poco de daño a los ojos el estar bebiendo cerveza, pero hay días que en la taza hay cerveza. No queremos hacerlo tan evidente. Antes dejaré yo de comer que de beber cerveza..
P: La siguiente pregunta la manda, Dakaira y dice: “Sin querer acaparar, de todas las ruinas, no vale invitados, cuál es tu favorita”?
R: Esto va cambiando mucho, depende de de la época. Ahora estoy a tope con una ruina que nos contó una señora que se llama Carmen de Murcia, hará cuatro o cinco meses. Ella explicaba que tenía un familiar al que la familia más o menos odiaba y se murió. Entonces tuvieron que hacerse cargo del cuerpo y cuando llegó el cuerpo al tanatorio era otro cuerpo y decidieron seguir adelante con eso. No reclamar el otro cuerpo. Y no solo eso, sino no decirle nada al resto de la familia para ver la cara que iban poniendo los demás. Y la señora lo explicaba con una gracia… O sea, aparte de que la historia es brutal, ella tiene 70 años, pero hubiera sido una cómica excelente porque tenía un timing, una gracia brutal, brutal.
Hay muchas míticas. La de Pepi, que tuvo un accidente de moto y lo contaron de una manera muy graciosa también, pero también hay algunas muy, muy tontorronas o más sencillas como por ejemplo, cuando vino la chica del Meme aquella. Fue increíble.
Es es muy, es muy difícil decir mi favorita porque además lo que pasa es que se me van olvidando. Si hay una media de 5 ruinas por capítulo, llevamos 200 y algo, pues pues no sé, haz las haz las cuentas.
Sí, y el otro día, por ejemplo, estaba revisando una antigua de la de que teníamos de invitado al Hematocrítico. Estuve viéndola, recordando, y no me acordaba de ninguna y me estaba partiendo de de de todas las las que había allí.
P: Pasamos a la siguiente que la manda @ramonacus y dice: “¿podrías contarnos más sobre tu traumática experiencia en el aeropuerto de Londres”?
R: Bueno, esto sí lo podría explicar. Esto se remonta al año, no me acuerdo qué año era, debía ser 2000 y poco. Y yo me fui a hacer un viaje, un fin de semana a Londres solo, y después de unos días allí de de soledad, mucho frío en el aeropuerto de vuelta, me encontré a Kike García, que es decir, uno de los creadores de El mundo today, con su con su pareja Abi, que es la propietaria de La Lama, y estaban allí. Entonces me acerqué a a saludarlo, hasta aquí la historia es común a los dos.
A partir de aquí diverge un poco y cada uno tiene su teoría. Ellos dicen que me saludaron normal y que fueron muy amables y yo digo que los fui a saludar, fueron un poco fríos. “Bueno, nos vamos porque tenemos el Pass Express” y creo recordar también como que me escupieron, me pegaron y por eso no estoy muy seguro, sabes. Yo lo cuento porque creo que pasó así, ellos dicen que no, ellos dicen que fueron amables, yo tengo un recuerdo de que me vendieron, negaron conocerme, me rompieron las gafas. Son mala gente. Estamos cada uno luchando por imponer su propio relato.
P: La siguiente pregunta la manda @OniNoNeko_Levossian y dice: “voy a hacer una una pregunta complicada: ¿dónde crees que están los límites del humor”?
R: ¿Hay límites del humor?
R: Yo que sé, no. A mí hay chistes que no me ofenden, pero según en qué contexto, sí me ofenden. Por ejemplo, no sé, no voy a hacer un chiste de de Hitler en en una convención de de de judíos. Entonces es de ahí es, se puede hacer, sí, pero puede haber unas consecuencias con toda la razón del mundo.
Entonces, depende mucho del contexto, desde también deben.
Cuanto más te conoce el público, más cintura tienes para hacer chistes. Por ejemplo, Ricky Gervais ya no ofende porque todo el mundo sabe que ese es su rollo. Ahora aparece alguien desconocido, hace los mismos chistes que él y la gente dirá: “¿pero este pavo quién es?” De las entrevistas ya sabes lo que piensa, sabes que no es nazi aunque haga chistes de nazis. Pasa ahora en redes, o en Twitter, que no hay contexto, la gente saca una frase y no sabes si esa persona lo está diciendo en serio, si es una broma, si su palo es siempre jugar al límite.
A veces puede de ser que se haya pasado de de frenada, pero otras veces no y la gente tiene muchas ganas de ofenderse entonces. Yo creo que no hay límites. Cada persona debe ser consecuente de lo que hace. Tampoco estoy a favor de que, como no haa límites, tú puedes ir a hacer lo que quieras delante de quien quieras.
P: Entonces lo que hay son riesgos.
R: Claro. En La comedia a mí lo que me gusta es bordear la la frontera esta. A veces te puedes pasar porque no sienta bien; no era el lugar adecuado o no reconocen el gesto. Tampoco seamos unos lloricas en el sentido de: “Jo, es que ya no se puede decir nada en sí se puede decir todo”, pero pero elige dónde decirlo y ante qué publico.
P: ¿Has encontrado alguna vez con los límites del humor?
R: Sí, sí, sí. Para mí, sobre todo los límites del humor me los pongo yo mismo. Yo he hecho algún chiste que que igual la gente se ha reído y lo ha aplaudido. Y yo en cuanto ha salido de mi boca he pensado “no me gusta esto”. ¿En mi cabeza no sonaba así y lo he dicho y suena racista, ¿sabes? Y a veces tengo algún chiste que puede ser machista o racista pero los hago cada vez menos porque cada vez lo paso peor. Lo que hago es cuando tengo chistes así muy muy jodidos, muy negros, pues durante 10 minutos antes de ese chiste yo voy tirándome mierda encima. Yo quiero mostrar a la que cuando llegue ese chiste la gente no diga: “este tío es racista”, sino “este tío es tonto, y como es tonto es inconsciente”. Es un trabajo de que la gente conozca mi personaje. Yo no soy racista, soy tantísimo.
P: Vale, te paso la siguiente pregunta que la manda perogrullo y dice: “Hola, Tomás. ¿Podrías comentarnos algo acerca del mundo ferroviario en la primera mitad del siglo 20? ¿Algo que pudo o no pudo haber ocurrido?
R: Me falta alguien que me diga: “ahí te tengo que parar” porque es un es un running gag. ¿Es una broma, ves? Mira, viene muy a huevo con los límites del humor.
Es una broma que hacíamos en un podcast que se llamaba International Podcast, en el que es un poco como la Palestra Candente que hacemos ahora con El mundo today en el que somos varios expertos en nada. Somos muy idiotas.
Entonces de vez en cuando se insinuaba que podíamos llegar a ser negacionistas del Holocausto y de ahí lo de los trenes nunca se llegaba a decir peor y que nos paraba antes Kike con la frase: “ahí te tengo que parar”. Como en una tertulia, él iba viendo hacia dónde iba esa frase y nunca llegábamos a nada. Eso es una broma muy interna de un podcast que escuchaba relativamente poca gente y era muy graciosa en ese contexto.
P: Esta persona dice si hay intención de hacer algún otro International Podcast en directo.
R: Hay un problema, es que de los 3 que lo hacíamos somos Kike García, Biel, Perelló y yo, y Biel está viviendo en en Mallorca. No fluye igual en persona que online y no acaba de ser lo mismo. Entonces aprovechamos cuando viene bien a Barcelona a visitarnos para hacer alguno.
Seguro que seguro que habrá, seguro que habrá y si no, International Podcast será la Palestra candente, que es una derivación de lo mismo y somos los mismos más Irene Minovas que que que es la bomba.
P: Este usuario pregunta: “¿sabrías decirme si sigue disponible el código descuento #bielperelló para suscribirse a El mundo today con 10 EUR descuento?”
R: No, solo funciona el Código #tomàsfuentes. Kike niega que esto sea una competición pero puso 3 códigos de descuento, uno bielperelló, otro Ireneminovas y otro es tomásfuentes para que la gente se se suscribiera con un descuento. En realidad funcionan los 3, pero yo voy perdiendo, entonces, entonces quiero que la gente se se apunte con el Código #tomasfuentes, porque porque hacer votar a los otros 2 es de ser idiota.
P: Pues los meneantes sin Cebollistas, ya saben a lo que tienen que votar.
R: Hagámoslo por la tortilla, por la pureza de la tortilla, tortilla aria.
P: Este usuario sigue preguntando y dice: aprovecho para darte la enhorabuena por los ondas, pero que no te distraiga de la Palestra, que mi opinión es the Real Deal.
P: Pasamos a la siguiente que la manda, @TALIVAN_HORTOGRAFICO y dice: “¿Tienes que estar muy de puntillas para calzar en el sitio ese chiste infalible de "aaah, ya se cuál es", o lo tienes tan interiorizado que "se te cae de la boca"?”
R: Me sale solo, me sale solo. Por si alguien no lo sabe: esto es un un running gag, un latiguillo que utilizo yo en la ruina, que es cuando alguien da datos de algo, pero son muy vagos.
Por ejemplo: “sí, conocí a un chico que llevaba gafas” y yo digo: “ah, ya sé quién es”. Al principio molaba mucho porque había unos segundos de desconcierto de cómo sabes quién es y hasta que se daban cuenta que le estaba vacilando.
Y esto empezó porque lo hice igual en el programa, en el segundo tercero, programa de la ruina y solo se rió Ignasi (Taltavull) y nadie entendió la broma y a él le hice gracia y al acabar me dijo: “Hostia, esta tontería del del ya se quién es me ha hecho mucha gracia”. Le dije: “pues mira, la semana que viene lo voy a volver a hacer solo para ti”.
Y entonces lo volví a hacer igual se rieron 2 o 3 personas y luego ya se me quedó y ahora ya lo entiende todo el mundo, pero pero es, es la la la catch phrase, el latiguillo más estúpido del mundo, pero es muy graciosa.
P: ¿Lo haces en tu vida civil o solo en La Ruina?
R: Ahora ya no lo hago porque porque parecería que no puedes dejar de ser la persona que sale ante los demás. Es como si Edu Sito estuviera haciendo el nen de Castefa por la calle. Salvando las distancias de popularidad, EH?
Pero pero ahora no lo hago mucho lo de “ya sé quién es” porque me da como vergüenza hacerlo fuera del de La Ruina, sí.
P: Te cuelo una que nos ha entrado por Twitch, que nos la manda @catacroc y dice: “¿conocías la página antes de que te invitaran a esta charla?”
R: Ostia, bueno, me pasaste el el usuario. Lo que pasa es que no supe… Bueno, sí supe la utilizaba mal porque la la utilicé. Me lo hice para hacer publicidad de mis cosas y se notaba mucho. Yo no recuerdo qué año sería, sé que estaba de guionista en en Buenafuente, antena. 3, o sea. ¿Igual era 2000, yo qué sé, 2008, 2009, desde qué año está? Pues yo estaba en Buenafuente y muchas veces utilizaba Menéame para hacer los monólogos, para ver noticias que no fueran las típicas que estaban en los diarios.
P: Desde el 2006, desde junio de 2006 están aquí.
R: Imagínate, pues lo utilizaba mucho para eso, para para informarme un poco como ahora. La gente hace lo mismo con Twitter, era para ver las cosas a tiempo real y con un cierto filtro. Y luego eso empecé yo a hacer cosas por Internet, intenté colar alguna cosa como si no fuera mía, se dieron cuenta, me la me la votaron negativo, me enfadé, volví. Además se notaba mucho cuando salía algo no publicado por mí en Menéame.
P: Te paso la siguiente que la manda @Jaime131 y dice: “¿En qué fuentes te inspiras para tus guiones?”
R: Básicamente me inspiro en cosas que me pasan a mí. Cosas muy mundanas. Ahora tengo mucho material de de monólogos sobre mi perro: cosas que me pasan con el perro, actitudes, cosas que sabes o situaciones, sobre todo cosas que me pasan a mí o a mi entorno.
Antes sí que utilizaba más la actualidad porque era por trabajo, pues en Buenafuente o en La Competencia, que era el programa de radio, que estuve 10 años, también de actualidad diario. Pues ahí sí que pues era la actualidad la que mandaba y la que y en lo que me tenía que inspirar.
Y muchas veces, cuando, por ejemplo, tengo que escribir algo y no se me ocurre que sí, que tengo algunos trucos para inspirarme, por ejemplo, esto se lo se lo copio a un amigo que a Álvaro Carmona, que era cómico, como coger el diccionario y abrir al azar. Y con la primera palabra que salga pensar un chiste o una idea.
Con esto pocas veces sale algo a la primera, pero igual hay que partir de esa palabra. Se te abre un camino hacia otra cosa y tal es, pero sobre todo es la observación, no sé, a veces es mirando Internet lo que sea, veo algo que me llama la atención y hostia, esto es gracioso, hostia, esta esta actitud de esta persona no la había visto nunca.
Ostia si te si te alejas un poco de si ves la realidad un poco como un marciano, digamos es es es todo muy divertido. Me gusta esto de cambiar el punto de vista.
Yo alguna vez había pensado de hecho en Austin Powers, creo que es hay un gag que que es esto, que es cuando en pelis de guerra o de Star Wars y tal cada vez que muere un secuaz. En Austin Power, de repente había un corte. Iban a la familia de de de un un starship trooper que estaba esperándole: “Bueno, hoy papá por fin se jubila tal y lo acaban de matar” y a toda esa multitud de gente en El Señor de los Anillos, pues los orcos. Y pensar en todas las historias, todos los dramas que hay en ese en esa gente que hace bulto es es muy guay.
P: Te paso la siguiente, que la manda @mr._cortimer y dice: “¿Es verdad que no has follado nunca? ¿Te gusta la caca?” No sé si tiene que ver o no. Yo te las hago las 2 juntas.
R: ¿El el te gusta la caca? Espero que sea también por una ruina que apareció hará una semana o 2 de Enzo Vizcaíno, donde una persona en unos lavabos le preguntó esto si le gustaba la caca.
Porque si no, no sé a qué viene esto, no la he probado, no la he probado, pero bueno, qué ofreces, qué ofreces y lo otro es un es un es un running gag, tampoco te creas que que que follo mucho, ¿eh? Pero es que me va muy bien para hacer todo. Es lo que decía antes de que todo lo que sea tirar mierda encima de uno en comedia funciona muy bien.
Los ingleses tienen el concepto. Es self deprecrate, algo así que es de es es más fácil hacer reír si las pestes te las llevas tú que si se las llevas al público, sabes, yo puedo hacer chistes de de que estoy gordo, pero si le digo a alguien del público, oye, vaya, estás gordo. El mismo chiste pues no va a hacer la misma gracia.
Entonces bueno, la cosa es que es mentira, algo he follado algo, algo he leído.
P: Vale, la siguiente la manda @babyblue y dice: “hola Tomás, os descubrí cuándo fuisteis a Carne Cruda hace 2 meses y desde entonces empecé a escuchar La Ruina desde el principio. Voy por el programa número 70. Tengo dos preguntas: ¿Ya habéis hecho el programa desde la cárcel como os sugirieron?
R: No, no, no. Es una idea que nos ronda desde hace tiempo y en algún momento intentaremos hacerla, pero esta temporada no. Físicamente no nos da tiempo porque tenemos ya todo cerrado y tal, pero sí que es algo que nos gustaría hacer también.
Evidentemente tenemos que informarnos de si es viable y tal y si es algo que podría interesar a un centro penitenciario. Creo que ahora en Cataluña en breve. no voy a decir el nombre. Creo que había un podcast que está a punto de hacerlo, también de ir a un a un centro penitenciario a hacer su su podcast allí, pero no estoy muy seguro, pero sí es algo que nos gustaría de hacerlo en sitios diferentes. Y si podemos además esto, pues echar un cable a quien sea, genial.
P: Y la segunda, la otra pregunta que manda este usuario es: “Y otra de salseo que por supuesto no hace falta que contestes: ¿Qué pasó con María, la chica de Córdoba que te mandó un DM borracha para ligar contigo? Un saludo, espero poder veros en Amsterdam en mayo!”
R: Pues que pues un poco lo que ha pasado con Menéame que no he contestado, no contesto y no recuerdo en qué fecha fue esto. Sí que me acuerdo del mensaje y tal. ¿Pero igual en aquel momento tampoco podía y tampoco es una cosa que me guste, sabes? No suelo, es que no suelo contestar a nadie en Instagram ni en redes, o sea, que lo siento.
P: Te paso otra de Twitch entre medias, vale que la mandas charquez y dice: “¿qué tal se te da la cocina?”
R: Mal, mal, ya conozco a charquez, ya sé quién es, sí, mira, de hecho ahora me he acordado, le debo un mensaje aunque creo que ya lo solucionó. Me mandó un un DM por Instagram y le dije, te contesto el lunes y nunca más le contesté. Qué tal se me da fatal la cocina, tengo una no es thermomix, pero es una similar, más barata, y con eso voy tirando. Literalmente es ir tirando cosas a un sitio que me lo va diciendo la máquina y salen cosas buenas. Pero claro, yo no estoy cocinando.
P: ¿Está cocinando la máquina entonces? Tú, échate el mérito que comprar el ingrediente y echarlo, o sea, ya es. Y comprar, claro.
R: Compro muy bien y echarlo lo echo dentro casi todo. Sí, sí, cocino súper bien..
Pero vamos, hago pocas cosas a la plancha, ensaladas y poca cosa más.
P: @SCHATTENJAEGGER , este usuario dice: “Hola Tomás, ¿hay alguna ruina que hayáis tenido que cortar por ser demasiado aburrida, mal rollera o delictiva como la de Miguel Noguera, pero de verdad?, un saludo”.
R: Con Miguel Noguera, por si ya lo sabéis, hicimos una broma.Estamos deseando tener a Miguel Noguera como invitado, pero nos dice que vendrá solo cuando tenga una 'ruina'. Afirma no tener ninguna, aunque no nos lo creemos del todo.
Una vez intentamos solucionarlo con una parodia, una especie de 'crossover' con el podcast de nuestros amigos Enzo Vizcaíno y Javi Ramos, "Gas y Municipios". Creamos una 'ruina' ficticia donde Noguera confesaba un asesinato, pero era una broma. Sin embargo, hubo un pequeño contratiempo en la primera pregunta.
Creo que solo cortamos una 'ruina', debido a un incidente. Una persona subió al escenario algo alterada por el alcohol y, para empeorar las cosas, alguien le había hecho una broma pesada.
O sea, no fue un amigo quien le hizo le apuntó a traición. El chico que subió al escenario fue muy simpático y contó cosas divertidas, pero claramente no estaba preparado y no tenía una estructura definida. Se notaba que había consumido alcohol.
Aunque fue un momento divertido en ese instante, al verlo después, me di cuenta de que podría parecer que nos estábamos burlando de él. Incluso la imagen que proyectamos de él no era la que él pretendía, especialmente con esa foto que le tomamos a escondidas y decidimos no usar.
Creo que esa fue la única vez que tuvimos que cortar fragmentos de un episodio, ya sea por cuestiones de ritmo o porque alguien compartió información que no era relevante
"Consideramos que ciertas expresiones pueden generar problemas. Por ejemplo, si alguien menciona que su jefe es un cabrón, podríamos decidir editar esa parte. A veces, mi jefe es un cabrón y yo me pongo en el lugar de esa persona. Entonces pensamos, 'quizás no sea lo más adecuado decir esto en voz alta, sobre todo si vas a ver a esa persona el lunes'.
Si algo no aporta valor a la historia y podría causar problemas, lo eliminamos. Al fin y al cabo, si las personas no se sienten cómodas compartiendo sus experiencias, nuestro programa se vería afectado. Queremos que todos se sientan seguros al participar.
La Ruina es un programa con un ambiente relajado y amigable. Si vemos que algo podría incomodar a alguien, preferimos evitarlo. Después de todo, hay muchos otros chistes y momentos divertidos en cada episodio. A veces, aunque un chiste sea muy bueno, si pensamos que podría ser ofensivo o causar problemas, lo quitamos.
Teníamos un episodio listo para publicarse, pero al revisarlo de nuevo, hace dos semanas, nos dimos cuenta de que la primera ruina contenía una expresión que podría ser problemática. Empieza con las palabras inundaciones, dana y Murcia, porque había habido una dana hace dos años. Tuvimos que pedir que se parara la edición porque iba a parecer que se hacía aposta pero no no. Hay capítulos que llevan grabados meses, como en este caso, y además el dato de la dana no aportaba nada a la historia que luego contaba. No nos costaba nada quitarlo y subiremos el programa sin ese trocito. Ese es el tipo de cosas que cortamos, nada importante, nada delictivo
La gente que sube a La Ruina no suele dedicarse al espectáculo o la comedia. Nosotros intentamos que, cuando alguien suba, se sienta como si estuviéramos en un bar, tomando algo. Ponemos focos potentes para que no se vea al público y dé la sensación de que estamos solos. A veces logramos un ambiente muy relajado, como de buen rollo, donde la gente comenta cosas en plan petit comité. Eso en un bar puede estar guay, pero si lo grabas y lo cuelgas, a veces suena machista, racista, clasista o incluso fascista.
En el directo no solemos decir nada para que la persona no se raye. Luego lo editamos para evitar que tenga problemas, porque normalmente no son personas machistas o racistas. Pero, con los nervios y las cámaras, a veces se les escapa algo. Nos pasa a nosotros también. A mí se me ha ido algún chiste demasiado bestia, y ya digo en directo: “Esto, evidentemente, lo vamos a cortar”.
Un día vino alguien que trabajaba como técnico en El Hormiguero. Ignasi y yo empezamos a hacer chistes terribles, y le dijimos: “Tranquilo, esto lo vamos a cortar porque, si no, te despiden”. Esos chistes nunca se emitieron, pero son de las cosas que solo ve la gente que viene al show en directo. Eso también tiene su gracia.
P: La siguiente la manda @sunes y dice: “Hola Tomás! Qué sorpresa más agradable el tenerte por aquí! Me declaro fan incondicional de La Ruina. A veces por ejemplo me he preguntado si ha habido algún mal rollo al hacer el programa fuera de Cataluña y a alguien le dio por soltar alguna cosa política o relacionada con las lenguas que no son el español, algún comentario sobre nacionalismos o cosas así. Os adoro, y me alegré mucho del Ondas. Ojalá sigáis mucho tiempo! Me dais la vida un montón de veces.
R: Oh, qué bonito. No, no ha pasado nunca nada, al revés. A veces nos han hecho comentarios. Muchas veces la gente sube y nos dice bona nit en catalán.Ningún problema, cero problema. También creo que tenemos un público relativamente o bastante de izquierdas y al final también todo esto es mucha cosa de medios que no existe. Si una cosa hemos visto con La Ruina, es que muchos tópicos son mentiras desde es que “en tal sitio son muy fachas”. Pues los que han venido a vernos no lo eran. O “es que en este sitio son muy fríos”. Pues ostras, a nosotros nos han hecho un show de la hostia.
P: Vale, te paso la siguiente que la manda a @txeminator y dice: “¿vas a seguir de alguna forma tu faceta musical o la tienes olvidada del todo?”
R: Mi faceta musical fue hace ya años, yo salí cuando estaba en Buenafuente, había un grupo ficticio que se llamaba Berto y los Border Boys, en la que hicimos 2 canciones, una que se llamaba “Me he puesto tetas” y otra que se llamaba “Me lo tiro”.
Con Álvaro Carmona, que era uno de los que había compuesto la música y la letra realmente, sacamos 2 canciones más como Da Flowers, una que se llamaba “Huesca, la capital mundial”. En la que hacíamos de raperos en Huesca. Y luego otra que se llamaba “Badboy”, que salía Dafne Fernández en el videoclip. Yo hubiera seguido, pero es que yo no hacía nada, yo ni siquiera los coros que yo movía a los labios, era Álvaro Carmona, o sea, yo simplemente estaba por ahí haciendo el idiota por detrás, porque yo toco la guitarra un poco y tal, pero no sé qué. Como todo lo hacía Álvaro y Álvaro ya está para otras cosas de más calado. Está dirigiendo series y a mí me haría gracia, pero es que no sé hacerlo y también llamar carrera musical a eso… Aunque salimos en la Rolling Stone.
Sí que me gustaría en algún momento, porque con la guitarra yo puedo tocar algo resultón, como para un show de stand up de monólogos. En cierto momento puedo sacar la guitarra y hacer algo divertido, pero siempre pensando en comedia. No soy músico, vamos.
P: La siguiente la manda @franj91 y dice: “hola, Tomàs. Una pregunta sobre La Ruina Origins. ¿Fuisteis Ignasi y tú con la idea a Abi para que os dejara un hueco en la agenda de la Llama Store, o fue Abi la que tuvo que ir detrás de vosotros para que hiciérais algo? ¡Muchas gracias!!
R: Nosotros teníamos la idea de hacer La Ruina desde hacía dos años, pero la habíamos dejado en un cajón porque no nos atrevíamos. Ignasi y yo éramos guionistas, nunca habíamos dado la cara, y mucho menos improvisando. Siempre estábamos detrás de las cámaras y con todo escrito.
La idea nos molaba, pero pensábamos: “¿Quién nos va a venir? Si no nos conoce nadie y ni siquiera sabemos si se nos dará bien”. Así que siempre decíamos: “Algún día lo haremos”.
Un día, Abi abrió La Llama Store en Barcelona. Allí hay una especie de rebotica, un espacio pequeñito donde caben 30 personas. Abi nos dijo: “Oye, si tenéis algo que hacer, hacedlo aquí. Queremos organizar espectáculos y cosas así”. Y pensamos: “¡Ostia, pues es un sitio guay!”. Son 30 personas, no es un show grande, más bien una actividad de la librería. Decidimos probar: lo hacíamos un día, y si funcionaba, repetíamos; si no, lo dejábamos ahí.
El primer día vino casi todo colegas, pero funcionó. Hicimos un segundo día, y al cabo de un mes vimos que tiraba. Y así, de la manera más tonta, llegamos hasta hoy.
P: La siguiente la manda @xuanra2002 y dice: “Hola Tomás, con el paso del tiempo, ¿habéis notado si hay más o menos voluntarios a exponer sus ruinas en público?”
R: Sí, claro, cada vez vamos a espacios más grandes y la gente se apunta más. Hay algo que pasa mucho con La Ruina: mucha gente, la primera vez que viene, dice: “Yo no, yo no me apunto, ¡qué vergüenza!”. Pero luego, cuando ven el show en directo, dicen: “La próxima vez me apunto”.
Nosotros, evidentemente, intentamos que quien sube se lo pase bien. La persona que viene a contarnos su ruina tiene que salir de allí contenta. Lo peor que podría pasar es que alguien baje pensando: “Joder, he hecho el ridículo”, pero eso nunca ha pasado. Nuestro trabajo —el de Ignasi, el mío y el del invitado o invitada— es asegurarnos de que nadie haga el ridículo. El único ridículo es la historia que vas a contar, no el hecho de subir y contarla. Si la cuentas creyéndotela, siempre es graciosa.
Intentamos que la gente esté cómoda. A mí, personalmente, me costó mucho al principio. Yo soy muy faltón, me gusta el humor ácido, negro, y meterme con la gente. Me daba miedo pensar: “Ostia, no sé si voy a poder frenarme, porque me sale solo”. Pero claro, no todo el mundo tiene este humor ni lo acepta bien. Y hay que recordar que es gente que sube a compartir algo suyo con nosotros.
Me daba miedo faltar al respeto, pero al final no pasa. Me encanta cuando alguien sube y empieza a meterse con nosotros. Es como si dijera: “Vale, se ha abierto la veda”. Entonces vamos para allá, y empieza un juego muy guay donde esa persona se mete con nosotros y nosotros con ella.
Creo que la gente se da cuenta de que es un espacio cómodo, que tratamos bien a todo el mundo. El público también es muy generoso: aunque te gusten más o menos las ruinas, la gente siempre es cariñosa, se ríe, disfruta el momento.
Eso sí, el premio que damos es una mierda, una basura. Pero creo que eso es lo que hace que no haya competición. Si el premio fueran 3000 euros, habría hostias por ver quién tiene la mejor ruina. Pero como no es el caso, el foco está en que la gente explique sus cosas y pase un buen rato.
Queremos que quede claro que es un sitio para divertirse, que no pasa nada, al contrario. Y nosotros no hacemos más que agradecerlo, porque la gente es súper generosa y mucho más graciosa de lo que te imaginas.
Es increíble cómo, aunque estemos en un teatro enorme, la gente no tiene vergüenza. Suben, explican sus cosas y lo hacen genial. Yo he currado años como guionista, y de repente sube alguien que no se dedica a esto, cuenta su historia como si fuera un monólogo que ha pulido mil veces y te deja flipando. Es tan bueno que piensas: “Qué cabrón, podría quitarme el trabajo… pero no lo voy a decir”.
P: No lo digas, no lo digas. Te paso la siguiente pregunta de este mismo usuario: “Respecto a las ruinas, ¿Algún día propondreis a Angels Barceló ir a la Ruina?”
R: Pues igual. No sé no sé si va con segundas esta esta. O algo por si igual le cae bien, le cae mejor o peor. Podría venir algún día, entiendo. Nosotros en La Ruina intentamos invitar a gente de todo tipo, a no ser que alguien sea abiertamente fascista. Como no hacemos preguntas de ningún tipo, solo cuando sube el invitado: “venga, cuéntanos tu ruina”.
P: La siguiente más que pregunta es un comentario. La manda @El_Tio_Istvan: “El joven candente!! Edit: y palestro”.
R: Oh, qué bien. La Palestra Candente es increíble. Es un podcast pequeñito, pero la gente que lo sigue es súper fan. Es muy guay y, la verdad, es de las cosas de las que más orgulloso estoy últimamente. Además, es improvisado, y la gente lo está siguiendo mucho.
Por si alguien no lo sabe, es un podcast dentro del mundo de El Mundo Today, donde estamos Quique García (director de El Mundo Today), Biel Perelló, Irene Minovas y yo. Hacemos una especie de tertulia de actualidad improvisada, donde decimos tonterías porque, sinceramente, no tenemos ni idea de nada.
Está funcionando muy bien, y estoy muy contento con el resultado.
P: La siguiente la manda @pandacolorido y dice: “Vamos al salseo. ¿De todos los jefes que has tenido, cual es el peor y por que? ¿Y el mejor?”
Ah, sí, sí, también me lo pone, ya sé quién es también el peor.
A ver, yo estuve contratado un par de meses por Pablo Motos. ¿El peor jefe? Bueno, sí y no. Durante esos dos meses, la verdad, nos trató bastante bien. Pero después me echó acusándome de hacer espionaje industrial y de pasar información de El Hormiguero a otros programas, algo que era completamente falso. Me llamó por teléfono, gritándome, y casi lloro. Da bastante miedo. No me dejó explicarme ni nada, fue como: "Mira, chico, esto es lo que hay".
Esa experiencia fue antes de que se empezaran a escuchar ciertas cosas sobre él. Ahora, claramente, no volvería a trabajar con él. Aunque debo decir que, durante el tiempo que estuve (antes de que se volviera loco), el trato fue cordial, y yo trabajaba a distancia, así que no lo veía cada día.
En cuanto al mejor jefe, el mejor lugar donde he trabajado fue en la radio, en Cataluña, en La Competència. Éramos un equipo muy pequeño, solo cinco personas, con Óscar Andreu y Óscar Dalmau como jefes. Además de ser amigos desde hace años, el ambiente era genial, muy cercano. Me sentí súper cómodo porque estábamos en sintonía y el equipo funcionaba muy bien.
No quiero decir que en otros sitios me hayan tratado mal, pero aquí estaba más a gusto por la dinámica del equipo. También he tenido suerte con otros jefes: Andreu Buenafuente, Jordi Évole, y Berto Romero han sido grandes jefes, muy guays.
P: Te paso la siguiente que la manda @chocoleches. Trabajas en varios programas a la vez que van dirigidos a targets distintos, esto lo tienes en cuenta a la hora de hacer los guiones? Hay alguna broma que digas "demasiado mainstream para el Mundo Today, ésta la dejo para el Hoy por Hoy". (Esto es un error mío, que no comprobé que ya no trabajas para el Hoy por hoy pero se entiende el sentido).
R: Entiendo por dónde va la pregunta. Hasta este año, que he dejado de escribir guiones diarios (aunque creo que tarde o temprano volveré), siempre he trabajado en varios programas a la vez. Normalmente, no selecciono los chistes ni me guardo cosas específicas para otro proyecto. Cuando estoy escribiendo para un programa, ya tengo el chip de ese programa activado.
Por ejemplo, si estoy escribiendo para algo muy mainstream o amable, es raro que se me ocurra un chiste de humor negro. Si me sale, igual me lo apunto y lo guardo en un documento que tengo para chistes sueltos. A veces los uso para stand-up u otras cosas. Pero, por lo general, cuando escribía para El Mundo Today, automáticamente cambiaba el chip y empezaba a mirarme los diarios con esa perspectiva.
Tampoco suelo "delegar" chistes ni cambiarlos de un sitio a otro. Algo que siempre me ha dado miedo es guardarme los mejores chistes según cuánto me guste un programa, porque no sería justo. Hubo una época, y creo que sigue pasando, en la que muchos monologuistas empezaron a trabajar como guionistas. Yo hice el camino inverso: siempre fui guionista y, en algún momento, empecé a hacer monólogos.
Pero conocí casos de monologuistas que escribían para programas y, si se les ocurría un chiste buenísimo, se lo guardaban para su monólogo. A mí eso siempre me pareció mal. Si un programa me está pagando, mi deber es entregarles los mejores chistes que se me ocurran. Luego ya pensaré otro. Un buen guionista tiene que poder pensar 10 más.
Cuando estoy escribiendo para un programa, mi cerebro está 100% en ese programa. Si algún chiste no cuadra allí y no encaja en ningún sitio después, pues me lo quedo para mí. Pero mi prioridad siempre ha sido que mis mejores ideas vayan al lugar que me paga por hacer chistes.
P: ¿Pero tú crees que la gente se acuerda si yo que sé si Buenafuente dice un chiste y tú al cabo de 2 meses haces el mismo?
R: Yo yo intento no hacerlo, pero estoy seguro que lo que lo hago, o sea, he escrito más de 1000 monólogos para andreu. Es más, estoy seguro que en algún momento he hecho chistes de otras personas porque en ese momento creo que se me han ocurrido a mí y es decir, es imposible. A mí hay una cosa que es que me da pánico, que es plagiar, pero estoy seguro que en algún momento inconscientemente lo he hecho y lo haré.
Pienso mucho en eso de haber currado en 80.000 programas de humor y haber dado clases unas 20.000 veces. Me da miedo que, sin querer, acabe haciendo un chiste que haya dicho algún alumno. Es como pensar: “Se supone que eres el profesor, ¡y el tío está robando!”.
Estoy seguro de que en algún momento puede haber un cruce de cables. Si detecto que un chiste que se me ha ocurrido lo vi antes en alguien más, lo descarto al momento. Pero también creo que, por pura estadística, alguno se me puede colar.
Si eso pasa y resulta que un chiste mío es vuestro, por favor, decídmelo. Lo quitaré enseguida, porque no hay mala fe. Pero admito que, con todo el material que manejo, puede pasar.
P: Te paso la siguiente, que la manda @skwaworld: “Como colaborador de la palestra candente, el mas riguroso programa de actualidad informativa después de "El Hormiguero" solo puedo preguntar ¿Cuan joven eres bro? ¿Es cierto que Biel hizo la mili en Flandes? ¿Cual es el postre típico del pueblo de Irene? ¿Cuando organizara Ibai la velada en la que por fin zanjes de una vez por todas las diferencias con Kike?”
R: Es verdad que yo en la Palestra Candente, de una manera muy natural, he ido cogiendo el el palo de que soy el más joven porque creo que lo soy. Pero imagínate, o sea, tengo, tengo 41 años y soy el más joven.Entonces el personaje ha ido derivando a que cada cada semana tengo menos años.
Creo que la última vez dije que no tengo edad para beber. O sea que se supone que a estos 16 años e intento hablar como los jóvenes. Y ahí digo palabras como bro o Ibai, como cosas que me suenan muy joven. Las meto en sitios donde no tocan.
Y Biel es todo lo contrario. Es el más mayor.
P: ¿Entonces hizo la mili en Flandes?
R: Sí, pero esto sí que es verdad. Lo mío es broma, pero lo de Biel es muy viejo, es muy viejo físicamente y mentalmente se piensa como un viejo.
P: Dice esta pregunta también: ¿cuál es el postre típico del pueblo de Irene?
R: Claro, creo que es la Tierra, la arena vale a puñados, es un pueblo muy pobre.
P: Y dice: “¿cuándo organizará Ibai la velada en la que por fin zanjes de una vez por todas tus diferencias con Kike?”
R: Es otra persona que busca la venganza por lo que pasó en aquel aeropuerto. Es que me es que Kike es muy peligroso, es muy pequeñico, pero tiene muy mala hostia. Es como un los chihuahuas. Además, tienen la misma voz que Chihuahua, a mí me da miedo. Tengo que prepararme, pero algún día me gustaría agredirle muy fuerte, pero tengo que preparar porque me da mucho miedo.
P: La siguiente la manda @Thatwastotallyninja2 y dice: “Por fin alguien interesante de la comedia patria actual. Muchas gracias por tus participaciones en la palestra candente. Creo que ahí brillas con luz propia. ¿Cómo os preparáis los Podcasts de la palestra candente?”
R: No oos lo preparamos. Es que eso es lo guay. Igual media hora antes Kike manda por el Grupo de WhatsApp como una posible selección de temas. Muchas veces son 3 temas. Muchas veces no llegamos ni al ni al tercero.
Nos da 3 titulares con algún con un posible enfoque de tal, pero por ejemplo, yo intento no mirarlos, prefiero ir sin saber ni siquiera de qué va a ir el programa. Eso tiene su riesgo. Hay veces que estás más inspirado y hay veces que es de decir: “igual debería habérmelo mirado porque realmente no he hecho nada especialmente gracioso, pero creo que lo guay es de es esto es saber lo menos posible.
Incluso creo que es bonito cuando estamos los cuatro remando por encontrar algo divertido y no sale. ¿Sabes ver estos bajones de ritmo? Tira un bistec y nos tiramos todos a ver si encontramos algo gracioso por ahí y si no, probamos otra.
Creo que incluso eso es bonito de de ver, porque son varias personas buscando un chiste e igual no lo hay.
P: Te paso la siguiente pregunta que dice: “¿cómo sois capaces de no enfadaros cuando os metéis entre vosotros el bigotillo y la altura de Kike, la senectud de Biel, la agricultura de Irene? Sé que es humor, pero, ¿hay algún tema que sea tabú?”
R: Como además somos amigos, no se me ocurre un tema tabú entre nosotros. No haría humor sobre algo que sé que a ellos no les gusta. Si de antemano sé que algo les incomoda, ni siquiera pienso en hacerlo. Además, como todos somos cómicos, hay bastante manga ancha. Sabemos que lo que se diga es humor.
También está la confianza. Creo que nunca ha pasado, pero si algo sentara mal, no sería en directo. Si después alguien dice: “Oye, esto no me ha gustado”, la respuesta sería: “Ostras, perdona, no era mi intención”. Sabemos que no hay mala fe por parte de nadie, y lo quitaríamos sin problema.
Claro, depende mucho de la confianza y de tener un poco de sentido común. Por ejemplo, si Biel tuviera un problema con la bebida (que no es cierto, lo aclaro), sería feo hacer chistes sobre eso si es un tema que él no quiere tocar. Ni siquiera se me ocurriría. Al final, los límites los pone la ética de la amistad, más que otra cosa.
Entre nosotros no hay barra libre total, pero tampoco censura. Con este grupo en La Palestra, no hay temas prohibidos porque la confianza es total. Sin embargo, si fuera con otra gente, sí podría pensármelo dos veces. Por ejemplo, si sé que la política es un tema delicado para alguien, evitaría entrar ahí. Pero aquí no pasa eso.
P: Esta persona también pide algún consejo para practicar y poder hacer esos comentarios tan cáusticos en La Ruina o en La Palestra Candente sin apenas tiempo para pensarlos.
R: No sé si esto es un consejo, pero creo que si se me da bien esto es porque llevo más de veinte años trabajando en un programa diario, escribiendo chistes y haciendo cambios de última hora. En la radio, cuando estaba en Cataluña, nos pilló todo el tema del procés, y muchas cosas pasaban mientras estábamos en directo.
El programa era de 12 a 1 del mediodía, y a veces hablábamos de un tema que se estaba actualizando en ese mismo momento. Recuerdo ese año con un estrés brutal: estaba con un oído en el programa y el otro en un informativo, haciendo chistes al vuelo. Por ejemplo, Puigdemont decía algo y yo escribía un chiste en una pizarra con palabras clave porque no daba tiempo para más. A veces era tan rápido que el presentador miraba la pizarra y decía: “No entiendo lo que has puesto”.
Es un músculo, también, ¿eh? Si me iba de vacaciones en verano, en septiembre sentía que ya no era gracioso. Llevas un mes sin esa presión y se nota, aunque lo vas recuperando poco a poco.
Lo importante es no tener vergüenza. Algo que agradezco al público de La Ruina es que celebran los chistes malos. Puedes hacer uno pésimo y la gente se ríe o incluso lo aplaude, como diciendo: “Es tan malo que merece premio”. Eso elimina el miedo a fallar.
Mi consejo, aunque sea una tontería, es practicar, tirar chistes, hacer más chistes y no parar. No hay un truco para ser más gracioso. Es como entrenar para una maratón: la única manera es correr.
Si te quieres dedicar a esto, haz cosas. Súbete a hacer monólogos, crea un podcast aunque solo lo escuchen seis personas, pero tómate un compromiso con la comedia y hazlo.
P: La siguiente la manda @mjmx: “¿Alguna vez alguna ocurrencia de un político se ha adelantado a algo que tenías pensado escribir, hablar sobre ello?”
R: Seguro que sí. Estoy pensando, pero estoy convencido de que ha pasado, sobre todo en programas que no eran diarios, sino semanales. En esos casos, hay muy poca flexibilidad para actualizar.
A veces grabábamos el programa y después pasaba algo que dejaba el contenido desfasado. Por ejemplo, estuve trabajando en un programa de Andreu Buenafuente que era semanal y duró poco: Buenas noches y Buenafuente, creo. El proceso era algo así: yo escribía el monólogo un jueves, se grababa el viernes y se emitía el domingo.
Recuerdo que una vez el monólogo iba sobre camiones (me lo invento para ilustrarlo). Justo después de enviarlo, salta la noticia de que Froilán se había disparado en un pie. Obviamente, el monólogo tenía que cambiar y hablar de eso. Tuve medio día para escribir algo que había tenido una semana para preparar.
El problema vino cuando, para cuando se emitió el programa el domingo, todos los chistes que había escrito ya se habían hecho en Twitter. Todos. La gente no sabía que el programa era grabado y pensaba que era en directo. Decían cosas como: “Buenafuente me ha copiado” o “Este chiste ya lo han hecho mil veces”. Y claro, no podía salir a explicar: “No, chicos, esto se grabó antes”.
A veces también pasa con los políticos: estás haciendo chistes sobre alguien y en el intervalo entre la grabación y la emisión, esa persona hace algo más exagerado de lo que habías planteado, o incluso dimite. Así que terminas haciendo chistes que parecen ignorar un hecho clave, porque cuando grabaste no había pasado. Es un problema.
No recuerdo ahora un ejemplo más gráfico, pero estoy seguro de que ha pasado. Seguro.
P: Paso a la siguiente pregunta que la manda @earthboy y dice: “¿Crees que es Dennis Farina en Snatch la persona más decepcionada con Londres en toda la historia o podría haber alguien más? Gracias”.
R: Bien, yo pensaba que sí hasta mi episodio en el aeropuerto de Londres, entonces yo creo que estamos empatados. Yo guardo muy mal recuerdo de Londres por culpa de Kike García, el Chihuahua de Santa Coloma.
P: Te paso la siguiente, que la manda @devnull y dice: “Tomàs, cuando lanzaste ‘Huesca, la capital mundial’ con Da FLOWers, ¿alguna vez pensaste en hacer una secuela ambientada en otra ciudad?”
R: Lo de aquel vídeo fue una locura. Para quien no lo sepa, era un proyecto que hicimos Álvaro Carmona y yo, donde nos disfrazamos de raperos y fingimos ser de Huesca. El concepto era parodiar esa actitud típica de rapero que dice cosas como “Miami es lo mejor del mundo”, pero aplicado a Huesca. La idea era que Huesca era la capital mundial, que no había nada mejor.
La música y el videoclip quedaron bastante bien. Incluso tuvimos cameos, como el de Santi Balmes, de Love of Lesbian. Eso le daba un toque que hacía que algunos dudaran: “¿Es una broma brillante o estos dos son unos tontos enormes?”. En Huesca lo entendieron perfectamente y les encantó. Fue un fenómeno. Se hizo superviral, aunque en aquella época viral significaba algo muy distinto: hablamos de 500,000 visitas, no los 20 millones que necesitas ahora para decir lo mismo.
Nos entrevistaron en muchos sitios y hasta nos llamaron para encender las luces de Navidad. Imagínate: dos tipos en chándal, con cadenas de bazar y un look de rapero cutre, encendiendo las luces de Navidad. Fue surrealista.
En algún momento pensamos si deberíamos hacer lo mismo con otras ciudades, pero decidimos no hacerlo. Lo bonito era que fuera Huesca, esa unicidad. Por un lado, sabíamos que ninguna iba a funcionar tanto como Huesca porque ya se habría perdido el efecto sorpresa. Por otro, fue algo especial porque Huesca encajaba perfectamente en la idea: no queríamos ni una gran ciudad como Madrid ni un pueblo muy pequeño. Teruel, por ejemplo, ya tenía un eslogan conocido (Teruel existe), así que no tenía sentido. Al final, Huesca fue una elección casi al azar, más que nada porque nos pillaba relativamente cerca de Barcelona y encajaba con lo que buscábamos.
Nos trataron tan bien en Huesca que decidimos que no tenía sentido intentar repetirlo en otro lugar. Huesca se convirtió en la ciudad.
Desde entonces no he vuelto, pero dentro de unos meses iremos con La Ruina y me hace muchísima ilusión. Va a ser divertido volver después de tanto tiempo, aunque ahora soy literalmente el doble de lo que era en ese vídeo, porque por entonces pesaba la mitad.
P: Te hago la siguiente pregunta, que la manda @ramelstrom y @graciosista y dice: “soy fan tuyo por tu pluma desde la época de pajas mentales. Desde entonces, hace más de una década, no leo más cosas tuyas de actualidad, ¿hay alguna posibilidad de retomar un blog como aquel?”
R: He seguido escribiendo sobre actualidad durante prácticamente toda mi carrera. Cuando he estado en la tele o la radio, casi siempre ha sido en programas que giran en torno a temas de actualidad. Pero lo de retomar un blog… creo que ya no tiene sentido. Los blogs están muertos, ¿quién tiene un blog hoy en día?
Aunque no lo hayáis seguido directamente, he pasado más de diez años en la radio haciendo actualidad. Luego estuve en Leitmotiv, también trabajando desde casa, y ahí también me tocó escribir sobre temas de actualidad. La verdad es que ahora estoy un poco saturado. Me encanta hacer chistes sobre actualidad, me flipa, pero ha coincidido que La Ruina va muy bien y he pensado: “Voy a darme un descansito, quizá uno o dos años, de escribir sobre actualidad”.
Eso no significa que haya dejado de hacer comentarios aquí y allá, como en Twitter o Instagram, pero lo hago desde otro enfoque, con un tono diferente, más relajado. Últimamente me gusta ir probando cosas nuevas para hacer el idiota en otros formatos, aunque también admito que me canso rápido: igual a las tres semanas lo dejo. Pero volver a un blog, como tal, no lo veo.
Es que ya nadie lee más de tres líneas. Si llego a hacer algo en breve, sería algo que aprovechara alguna herramienta nueva que me motive para hacer comedia de una forma distinta. Pero un blog… creo que ese formato ya no tiene mucho sentido hoy en día.
P: Te paso una pregunta más, que la manda @Karmarada y dice así: “¿Porque no usais pies de micro en la ruina? Me pone nervioso veros todo el programa con el micro en la mano?”
R: El tema de usar el micrófono en la mano es, en principio, una cuestión práctica. Por ejemplo, con una mesa recta, si el pie de micro está fijo, te tienes que acercar mucho para hablar y ver bien a la otra persona. Además, si quiero que se me oiga bien, tengo que acercarme al micro, pero eso a veces termina tapando la vista. Entonces, decidimos usar el micro en la mano, como este, porque es mucho más cómodo. Así podemos mantenerlo cerca de la boca sin preocuparnos tanto por movernos.
En el caso del público, suele ser gente que no está acostumbrada a hablar en público ni a usar un micrófono. Muchas veces hablan flojo, y si el micrófono está fijo, se les oye menos. Con el micro en la mano es mucho más fácil decirles: “Acércatelo un poco más” y listo, se les escucha mejor. Es algo práctico y también un poco estético, pero sobre todo práctico.
Si ves las primeras ediciones de La Ruina, estábamos usando pies de micro, pero los teníamos en la mano. Era absurdo, porque pesan bastante, hasta que un día dijimos: “¿Por qué estamos usando el pie si lo tenemos en la mano todo el rato?” Lo quitamos, y ahora es mucho más cómodo. Además, a veces nos levantamos durante el programa, aunque no sea muy a menudo, y sin el pie de micro es más fácil moverse.
Eso sí, espero que nadie vea La Ruina por la estética, porque es probablemente el programa más cutre. Por ejemplo, ese mantel negro que usamos… ¡camina solo de la cantidad de mierda que tiene encima!
P: ¿Lo lleváis de gira?
R: Al principio sí, pero después descubrimos que en todos los teatros suele haber un mantel negro. Eso sí, algunos están más limpios que otros. Ninguno de ellos pasaría la prueba de la luz del CSI, porque han visto de todo.
P: Ahora pasamos a la teletienda. ¿Dónde podemos ver próximamente o qué vendes?
R: Pues sobre todo ahora mismo, en La Ruina en laruinashow.com las siguientes fechas están allí, porque no me las sé. A partir de enero, empiezo yo un show que ya he hecho en Barcelona, que se llama Live at Wembley. Haré una mini gira, por así decirlo, ir a Madrid, Valencia, Gran Canaria, Palma, Granada, Málaga.
Y alguna más partir del mes que viene. Es que tampoco sé las fechas ni están abiertas las ventas.
También podéis comprar merchandising de La Ruina, El juego de la ruina también, que es un juego que existe, que mucha gente piensa que es una broma. También empezaré a colaborar en el Late Night de Henar para Playz.
P: Pues gracias por venirte hasta aquí Tomàs y te seguiremos de cerca..
R: Un abrazo, hasta luego.
Pregunta: Buenas tardes y bienvenidos a Pregúntame, la sección de entrevistas de Menéame, en la que los usuarios mandan las preguntas. Hoy nos acompaña Daniel Guillén, más conocido en redes como Manuel de Barcelona. Con experiencia como periodista en distintos medios (RNE, EFE…), hace años que centró su carrera profesional en el ámbito de la comunicación corporativa y, más recientemente, en la creación de contenidos digitales.
Miles de personas siguen el perfil del camarero del Hotel Fawlty y sus hilos #MakeEmLaugh en Twitter (ahora X), Bluesky e IG. Algunas incluso lo consideran un referente; otras, ¡un mito! Allá ellas… Gracias a su tarea de recuperación de las grandes historias de la comedia ha podido acercarse un poco más a un mundo que siempre ha admirado. ¡Bienvenido, Daniel!
La primera pregunta siempre es obligatoria para todos los entrevistados, en esta ocasión la manda Ergo. La pregunta es: “¿la tortilla con cebolla o sin cebolla?”
Respuesta: Entiendo que hablas de la tortilla de patatas.
P: Responde con cuidado porque tenemos un ranking de los que responden bien y los que responden mal.
R: Ah, porque hay una respuesta correcta y otra incorrecta.
A ver, yo la tortilla de patata la como tanto con cebolla como sin cebolla. Las dos están muy buenas. No soy talibán ni de los anti-cebolla ni de los pro-cebolla. Me valen ambas mientras estén bien hechas.
P: Apuntamos: equidistante. Vale, sigo con la siguiente. La manda Sisebuto y dice: “Hola, Daniel o Manuel. Tengo un par de preguntas, te las haré de una en una para que no sea un follón. La primera: ¿nos puedes contar el origen de tu nick en redes?”
R: Sí, el nick viene de Manuel de Barcelona. De hecho, Manuel de Barcelona no existe como nombre real. Lo puse porque el personaje de la serie se llama Manuel. No sabemos ni su apellido.
Es un personaje de Fawlty Towers, una serie mítica de los años 70 en Reino Unido. Los británicos incluso la consideran el mejor programa de televisión del siglo XX.
Manuel es como el alien dentro de ese entorno británico tan alocado. La serie la creó y protagonizó John Cleese cuando dejó Monty Python para hacer The Flying Circus.
En la versión original, Manuel es español. Pero en las traducciones y adaptaciones que hicieron en España le cambiaron la nacionalidad para mantener los equívocos lingüísticos que funcionaban en la serie original.
Manuel era, ya te digo, como un alien: apenas hablaba inglés, casi nada. Todo lo que decía era “¿Qué?” o se quedaba perdido cuando le preguntaban algo, porque no sabía ni dónde estaba.
Aquí en Cataluña, en Barcelona, de donde soy, el personaje tuvo mucha repercusión. Aunque tardamos en enterarnos de que era de Barcelona, porque en su momento pensábamos que era mexicano. Así nos lo vendieron cuando TV3 adaptó la serie.
Siempre me gustó ese personaje. Cuando empecé en Twitter, allá por 2012 o así, quería usar un avatar, un personaje que no fuera mi cara ni mi nombre. Elegí a Manuel porque, aunque no se llamara como yo (me llamo Daniel), lo sentía cercano por lo de Barcelona.
P: Bueno, pasemos a la siguiente pregunta. El mismo usuario dice: “¿Cuál es tu historia favorita de las que has contado?”
R: Hay muchas. Lo que más disfruto al contar estas historias de comedia es que descubro muchas cosas que no sabía. Normalmente, parto con algo de conocimiento del personaje o del tema que quiero contar, pero al investigar, encuentro detalles nuevos que luego comparto. Es un proceso muy enriquecedor, tanto para mí como, creo, para la gente que lo lee.
Entre mis favoritas, hay varias que me sorprendieron mucho mientras las investigaba. Una que recuerdo con especial cariño, y que fue de las más exitosas en Twitter, es la historia del pique entre Matt Damon y Jimmy Kimmel.
Esa rivalidad ficticia, llevada de manera brillante durante casi dos décadas, tenía muchísimo jugo. Fue genial de contar porque había mucho material: clips, bromas… todo muy original y muy divertido.
En el libro, creo que he conseguido trasladar bien la idea. Al menos, para mí el resultado ha sido bastante satisfactorio. Espero que la gente que lo lea también lo encuentre interesante, o que al menos les motive lo suficiente como para investigar un poco más sobre la historia. Tiene un montón de episodios y momentos épicos de una comedia que no es la típica. No es un especial ni algo convencional, sino parte del contenido de un late night. Aun así, creo que tiene un valor cómico brutal.
P: ¿Cómo es tu proceso para crear un hilo?
R: Todo empieza con la elección del tema: pienso en un personaje o una historia que me gustaría contar. A partir de ahí, busco información y trato de encontrar un hilo argumental que permita explicarla bien.
No intento ser súper exhaustivo. Mucha gente, cuando lee los hilos, me dice: “Te faltó este episodio” o “No mencionaste tal anécdota”. Y lo sé, pero mi intención no es explicarlo todo. Por ejemplo, si hablo de Robin Williams, no pretendo contar toda su vida. Eso me llevaría días de escritura. Lo que hago es seleccionar un momento, un segmento de su carrera, o, si es un sketch, contar ese sketch y darle contexto.
El proceso es ese: elegir, investigar, recopilar información y decidir qué es lo más interesante o representativo. Muchas veces, un mismo personaje da para varios hilos porque tiene muchísimo material. Pero en cada uno intento enfocarme en un aspecto concreto.
Además, durante el proceso aprendo un montón. No soy historiador de la comedia (si es que existe esa figura), simplemente soy un apasionado. Cuando encuentro material que me llama la atención, me pongo a buscar más para compartirlo con otros.
P: ¿Y cuánto tiempo te lleva hacer un hilo?
R: Depende, claro. Algunos son más complicados, sobre todo si requieren mucho material audiovisual, como clips extranjeros que tengo que traducir y subtitular. Eso lleva más tiempo.
De media, diría que me lleva cuatro o cinco días, dedicando unas tres o cuatro horas al día a recopilar información y darle forma.
Cuando pasé ese trabajo al formato del libro, fue más sencillo porque ya tenía un esqueleto de lo que quería contar. Sin embargo, no todos los capítulos tienen un paralelismo directo con los hilos. Muchos mezclan varias historias o parten de una idea que conté en redes, pero la desarrollo de forma diferente. La base ya la tenían más o menos clara de lo que quería explicar en cada uno de los de los episodios o de los capítulos, vaya.
P: Vale, te paso la siguiente pregunta de este usuario que dice si hay alguna historia que pensaras, esta es más floja y luego lo petó a lo loco.
R: Me sorprende cuando hablo de gente que no es tan conocida en España y aún así tienen una buena recepción. Por ejemplo, al hablar de cómicos como Chiquito de la Calzada o Faemino y Cansado, ya sabes que a la gente les va a gustar porque están ligados al efecto nostalgia. Pero cuando me centro en figuras menos conocidas aquí, y esas historias también generan interés, es algo que me motiva.
Me gusta ver que quienes siguen mis hilos en Twitter (o X, como se llama ahora) y en Bluesky confían en esa capacidad de prescripción que intento aportar. Aunque no sean nombres nuevos, porque suelen ser figuras con 20, 30 o 40 años de carrera en la comedia, creo que ayudan a descubrir historias que merecen ser revisitadas.
De cómicos estadounidenses, por ejemplo, hay algunos que son auténticos dioses allí pero bastante desconocidos aquí. Cuando explico sus historias y veo que tienen buena recepción, me sorprende, porque esperaba que el impacto fuera menor entre los usuarios.
P: Pasemos a la siguiente pregunta, de Skaworld:Como creador q la verdad te conozco por la red social anteriormente conocida como tuiter y q ahora es "X", el antro de un aspirante a villano de James Bond que se ha comprado un carguito en los USA... ¿Como ves esa polémica? ¿La fuga de usuarios a Bluesky es un hecho?
R: La fuga hacia Blue Sky es evidente. En las últimas semanas, muchos usuarios han cerrado sus cuentas de Twitter y se han pasado al "cielito", como lo llaman. Lo veo normal. Yo soy defensor de Twitter porque me ha aportado mucho, pero entiendo que la gente esté harta del Twitter actual.
Cada vez es más complicado encontrar lo que buscas. Ahora llevo un mes o unas tres semanas más activo en Bluesky, y se respira algo parecido al Twitter de hace 10 años. Allí, interactúas más con la gente que sigues porque realmente los ves.
En cambio, en Twitter sucede lo contrario: sigues a alguien y no aparece en tu feed, mientras que posts de usuarios con el check azul se cuelan constantemente. Eso quita interés y hace que se pierda el incentivo por participar, más allá de seguir las tendencias.
Twitter se ha enfangado mucho. Hay demasiados conflictos y falta de sensatez o buen gusto en los posts. Es algo que yo siempre he intentado evitar desde mi cuenta. Cada cual que haga lo que quiera, pero yo prefiero no buscar enfrentamientos. Si alguien dice algo que no me gusta, lo silencio o lo bloqueo según el caso, y sigo adelante con la gente que realmente me aporta algo.
Entiendo que muchos se hayan hartado y piensen que Twitter ya no vale la pena. Aunque todavía quedan cosas buenas, es normal que mucha gente busque alternativas, sobre todo viendo cómo está creciendo Blue Sky. Creo que puede convertirse en una opción muy válida.
P: ¿Cómo notas la diferencia entre Twitter y Blue Sky?
R: Tengo perfiles en ambas plataformas y sigo haciendo lo mismo en las dos, como con los hilos. De hecho, las últimas dos semanas los he posteado a la vez en ambos sitios. Sin embargo, estoy notando mucho más crecimiento e interacción en Blue Sky.
Lo que decía antes: allí ves más gente que realmente te interesa. No aparecen usuarios porque pagaron una cuota, tienen pocos seguidores, pero sus posts aparecen como si fueran lo más relevante. En Twitter, eso era común antes, y encima sumado a una avalancha de publicidad que termina cansando.
Blue Sky, en cambio, tiene esa pureza que recuerda al Twitter de hace años, donde veías a las personas que seguías porque te aportaban algo. De momento, esa esencia es lo que más aprecia la gente, y por eso muchos se están mudando allí. Invito a quien pueda a probar Blue Sky. Allí encuentras a la gente que te interesa, sin tanto ruido.
Claro, habrá que ver cómo evoluciona, pero por ahora funciona así.
P: Pasemos a la siguiente pregunta, de Itineratur: “Hola, Manuel. ¿Quiénes fueron los pioneros del humor en España? ¿A qué años hay que remontarse?”
R: Uf, buena pregunta. Aquí toca sacar al historiador que llevo dentro. El humor abarca muchas disciplinas, así que depende de por dónde lo enfoques.
Por ejemplo, si hablamos de literatura, podemos remontarnos al Siglo de Oro y nombres como Lope de Vega, con su comedia clásica.
Hablando de pioneros del humor en España, podemos mencionar figuras clave en el teatro como Valle-Inclán y su esperpento. Más adelante, ya en el siglo XX, tenemos a los hermanos Álvarez Quintero, y luego, en la posguerra, nombres como Gómez de la Serna, Miguel Mihura y Jardiel Poncela, que marcaron una época. Este tipo de teatro ha sido fundamental en la comedia española.
Por ejemplo, Mihura y los colaboradores de La Codorniz fueron grandes referentes. Gila, por ejemplo, tomó mucha inspiración de ese estilo porque participó en La Codorniz y se empapó de ese tipo de humor.
P: ¿Y en cuanto a pioneros?
R: Hace un tiempo investigué sobre una figura fascinante: Marcelino, un payaso español considerado el mejor del mundo a finales del siglo XIX. Incluso figuras como Chaplin y Buster Keaton lo reconocieron como una influencia. Era aragonés, creo que de Jaca. De hecho, su nombre completo era Marcelino Orbes, aunque artísticamente era solo “Marcelino”.
Tuvo una carrera impresionante, actuando en Londres, en Estados Unidos e incluso en películas. Sin embargo, su vida fue bastante azarosa. Hace poco su figura fue rescatada con un libro y un documental, aunque queda muy poco material gráfico de él. Esto dificulta valorar plenamente su impacto, pero sí sabemos por críticas y reseñas de la época que fue considerado el mejor payaso del mundo.
Si tuviera que señalar un "Chaplin español", creo que Marcelino sería un gran candidato.
Además de él, en Cataluña destacaron figuras como Josep “Mari” Sampere. Fue un gran cómico y también un empresario teatral clave en el desarrollo de la escena del Paralelo en Barcelona, a finales del XIX y principios del XX.
A partir de ahí, hemos visto cómo otras generaciones han ido bebiendo de estos referentes. Desde Gila hasta Tip y Coll, Eugenio y muchos otros que han enriquecido nuestra comedia y han marcado a quienes vinieron después.
P: Pregunta de Pozik desde YouTube: “¿Crees que la humanidad está con creencias obsoletas? En caso afirmativo, ¿crees que creer lo que otros han creído es increíble?”
R: ¡Hostia, esta no me la esperaba! No sé si es un trolleo o una pregunta seria, pero lo intentaré.
Sobre si las creencias están obsoletas, creo que depende de a qué nos refiramos. Las creencias son personales y no tienen que estar necesariamente basadas en algo práctico o real. Cada uno elige qué creer según su contexto, sus experiencias o incluso lo que le resulta más cómodo.
Ahora bien, creer lo que otros han creído... eso ya es otra cosa. Puede ser increíble en el sentido de sorprendente, porque heredamos muchas creencias sin cuestionarlas. Pero también puede ser simplemente un proceso humano: tomamos ideas del pasado y las adaptamos a nuestro presente.
En fin, una pregunta para filosofar un rato más. Son creencias, y habrá gente que cree en dioses imposibles y otros que solo creen en lo que ven, en cosas más palpables. Pero me gusta mucho esa frase de "¿Creer lo que otros han creído es increíble?". De la pregunta no sé bien qué responderte, pero sí, me quedo con esa frase porque me ha gustado bastante.
P: La siguiente pregunta, de Batallitas, dice: "Hola, Dani. ¿Cómo abordaste el reto de convertir el contenido creado específicamente para Twitter, con textos cortos, imágenes y vídeos, en un libro?"
R: Ahí estaba el reto. Claro, cuando empecé a escuchar a la gente decirme: "Oye, ¿por qué no haces un libro? Sería genial tener algo físico para guardar los hilos que haces." Era una especie de necesidad, ¿no? Coleccionar algo que te gusta. A mí esa idea me llenaba mucho.
El problema es que los hilos dependen mucho del material audiovisual, como imágenes y vídeos. Pensé al principio en incluir códigos QR que enlazaran a los clips, pero lo descarté porque preferí que el libro tuviera vida propia. Así que opté por convertir los hilos en pequeños cuentos. Son 30 historias sobre la comedia, y las estructuré siguiendo una narrativa clásica: inicio, nudo y desenlace.
No pretendía hacer algo súper exhaustivo sobre cada personaje, sketch o película de la que hablo. Mi idea era encontrar una anécdota que sirviera de punto de partida para contar el resto, como si fueran pequeños relatos que navegan por esos capítulos de la comedia.
El resultado, al final, fue un libro que me permitió seleccionar los hilos que veía más fáciles de trasladar al papel. Por ejemplo, el que mencionaba antes, el de Matt Damon y Jimmy Kimmel, fue muy desafiante. Dependía mucho de los clips que formaban parte del hilo, y ahí tuve que añadir un valor narrativo para que funcionara.
No quería hacer un libro de consulta, como una enciclopedia llena de datos, aunque los datos están ahí. Prefería enfocarme en historias, en pequeños cuentos sobre personas que se dedican a ese noble arte de hacer reír.
El libro se llama "Hazme reír". Recoge momentos inolvidables de la comedia, con una portada que incluye a algunos de los personajes que aparecen. Además, está también en catalán, con el título "És marrieura", y un diseño que recuerda un poco a los gráficos de La vida de Brian.
P: La siguiente pregunta viene de PaleBlueAtom: "¿Podrías crear un Frankenstein del humor patrio histórico? ¿Qué tendría que tener y de quién para ser el más gracioso al estilo español?"
R: Uf, aquí te puedes dejar un montón, pero a ver, pensando en referentes recientes que tengo más frescos... Por ejemplo, el carisma de Chiquito o de Eugenio. Esa capacidad que tenían de tener una personalidad tan marcada que un chiste suyo solo puede contarse como ellos lo hacían. Puedes intentar imitar a Chiquito, pero nunca serás él.
Luego, de Gila, la habilidad de hacer normal el absurdo más grande. Por ejemplo, ese chiste en el que decía que nació un día que su madre no estaba en casa, así que bajó a la portera y le dijo: "Señora Encarna, que ya he nacido." Esa capacidad para convertir lo más absurdo en algo cotidiano era increíble.
Creo que por eso Gila es uno de los grandes dioses de la comedia.
¿Qué más? A mí me gusta mucho, porque lo he disfrutado mucho, la complicidad de los dúos cómicos. Por ejemplo, Berto y Buenafuente, que se entienden solo con mirarse, como cuando hacen un programa de improvisación como Nadie Sabe Nada.
Luego está la locura, que parece muy improvisada, pero en realidad está muy medida, de alguien como Ignatius Farray. Cuando lo ves en un show, parece que todo fluye como un torbellino, pero si te fijas bien, te das cuenta de que es algo súper preparado.
Otro elemento a destacar es el magnetismo que tienen desde el primer momento en el escenario personas como Faemino y Cansado, o la rapidez y la genialidad de figuras como Mary Santpere. Más recientemente, gente como Ana Morgade o Silvia Abril, que tienen ese desparpajo para convertir una pequeña anécdota en un momento cómico e hilarante.
También está la gestualidad del Tricicle, o el desparpajo que tenía Rubianes para contar sus historias, combinando sonidos, insultos o lo que hiciera falta.
No podemos olvidar a los chanantes: Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Raúl Cimas, etcétera. Su capacidad para crear un universo tan particular, donde todo lo que hacen y cómo lo hacen parece formar parte de un mismo mundo, es algo único.
Luego está el talento de Juan Carlos Ortega. En sus programas, aunque mimetiza muchos formatos radiofónicos que ya existían, les da un giro personal y crea personajes que son absolutamente increíbles.
No sé si podríamos crear un solo Frankenstein cómico español, porque sería raro, pero sin duda incluiría un poco de todas estas cosas. Cada uno de ellos tiene algo especial que merece estar ahí.
P: ¿Y tú qué piensas? ¿Crees que hay un estilo español en el humor, algo que lo caracteriza?
R: Yo soy muy reacio a esas etiquetas. Eso de decir "el humor inglés", "el humor español", o incluso dentro de España, "el humor andaluz", "el humor catalán", "el humor gallego", "el humor vasco"… Sí, puede haber matices o características que los hagan diferentes, pero me cuesta mucho generalizar.
Ya ves, toda esta gente que hemos mencionado no tiene nada que ver unos con otros, y todos son españoles. ¿Forman parte del humor español, o es que el humor español es otra cosa que ellos no tocan porque beben de influencias distintas?
No me gusta mucho eso de nacionalizar el humor. No prefiero un tipo de humor sobre otro por su procedencia. Aunque, ya te digo, creo que puede haber algunas notas muy asociadas a la procedencia de los cómicos que las ejecutan.
¿Y crear un Frankenstein del humor internacional? Pues ahí también hay muchos referentes. Por ejemplo, Steve Martin, que aquí conocemos sobre todo por sus comedias de los años 80. Tenía un talento increíble sobre el escenario, con una especie de tesis sobre la comedia: nunca buscar directamente el punchline, ese remate final o el redoble para cerrar el chiste, sino mantener el punto cómico siempre en alto. Eso obligaba al espectador a soltar la carcajada en el momento más inesperado.
O Richard Pryor, otro grande, muy centrado en temas raciales y en la autodeterminación de la raza negra. Usaba la comedia para explorar eso, pero también tenía una gracia única, una manera de hacer comedia que lo hacía inimitable.
Más recientemente, yo soy muy fan de Ricky Gervais, que lo considero uno de los estandartes de la comedia actual. Es un poco polémico, si quieres, pero realmente me gusta mucho. Siguiendo esa línea de Pryor, tienes también a Dave Chappelle, otro imprescindible.
El universo internacional es tan amplio que podemos ir desde Louis de Funès, con su estilo físico e histriónico, hasta John Cleese, un genio absoluto en todo lo que toca. Creo que ambos podrían formar parte de ese Frankenstein internacional del humor.
P: Te paso la siguiente pregunta, que también la manda PaleBlueAtom: “¿Qué opinas de la berrea del ciervo que se tuvo que emitir?”
R: Lo encuentro una solución muy imaginativa. Me enteré del tema porque vi una notificación de una noticia en El País que decía algo como “David Broncano denuncia tal cosa”. Entré, vi el clip, y creo que la solución que dieron fue muy acertada y muy propia de lo que es el programa.
Me gustó que denunciaran lo que había pasado. No improvisaron con una solución convencional, como traer a algún guionista de plantilla, Jorge Ponce, por ejemplo, y hacer una entrevista improvisada entre él y Miguel Campos. En lugar de eso, optaron por decir claramente que no podían emitir el programa con el piloto. Y ahí fue cuando metieron esos comentados sobre la berrea del ciervo.
Es una solución súper creativa que, además, puso sobre la mesa una situación que mucha gente comentaba en voz baja, pero que ahora ha salido a la luz. Hoy veremos qué respuesta tienen más allá del comunicado que dio la gente de El Hormiguero. Es un elefante en la habitación muy difícil de ignorar ahora.
Ya te digo, me gustó mucho la solución que tomó el equipo de La Resistencia. Son muy buenos, no digo que la gente de El Hormiguero no lo sea, pero gente como Ricardo, David, Jorge o Miguel, que están muy involucrados en el programa de Televisión Española, realmente tienen mucha capacidad para reaccionar ante lo que sucede. Esa es la frescura que han conseguido imprimir al programa, lo que les está dando tan buenos resultados.
P: Te paso la siguiente pregunta, que también viene de PaleBlueAtom: “¿Cuál es la historia o el top 3 de anécdotas o interpretaciones humorísticas que se te vienen a la cabeza?”
R: El top 3… a mí me gusta mucho una de las que mencionaba antes, esa que te comentaba, de que te descubro mientras investigo en el personaje. Es la historia de George Carlin y las 7 palabras prohibidas en televisión. Es un monólogo que hizo, que incluso le llevó a ser arrestado, y que luego desarrolló durante mucho tiempo, en diferentes discos y espectáculos.
George Carlin pasó de ser un cómico muy mainstream, con su traje bien pulido, afeitado, pelo corto, corbata y todo, a convertirse en un paradigma de la contracultura estadounidense, con un aspecto hippie muy pro-drogas. Este monólogo, si no lo habéis visto, os lo recomiendo buscarlo en YouTube. Lo encontraréis de esas 7 palabras que él dice que están prohibidas.
Él tiene una manera de referirse a esas palabras. Dice que es curioso porque la gente critica esas palabras, pero hay más maneras de llamarlas que las propias palabras que se prohíben. Entonces empieza a hacer una enumeración de todos los sinónimos que la gente usa para esas palabras, que son sucias, provocadoras, de barrio, y lo interpreta de una manera que, cuando ves ese fragmento, es imposible no enamorarte de Carlin y querer ver más cosas de él, para seguir descubriendo esa capacidad que tenía.
Es un texto súper preparado, milimetrado, no es improvisado, y Carlin lo interpreta de una manera muy buena, a pesar de ser un actor frustrado que nunca pudo hacer el gran papel que hubiera querido en el cine o en las series. Es un monólogo que para mí es uno de los top de la historia de la comedia y está en el libro.
P: Pasemos a la siguiente pregunta, que también viene de 7 Santo: “¿Qué opina usted de que plataformas como las que usted usa, como X o Bluesky, puedan operar en España vulnerando el derecho constitucional de recibir información veraz por cualquier medio?”
R: La respuesta es obvia. No, no se debería poder. Pero desde el momento en que los medios convencionales o tradicionales también usan esas fuentes, al final en la red coartar la libertad de expresión puede parecer muy gratuito. Está claro que no debería ser así.
Lo bueno es que los usuarios deberíamos tener la capacidad de discernir lo que realmente es veraz. El problema es que las nuevas tecnologías nos ponen cada vez más trabas para saber qué es verdadero. Antes, si una persona hacía una declaración, sabías si la había hecho o no, porque veías que el vídeo era real. Actualmente, con los deepfakes, te puedes encontrar auténticos bulos que tienen una apariencia de veracidad total, pero que son completamente falsos.
Yo sí estoy a favor de que los canales regulen un poco el tipo de información. Pero también es cierto que te metes en guerras: hay gente que veta a otros solo porque no opinan como ellos, y entonces te hacen campañas en contra.
¿Que te pueden bloquear una red? Sí, y no solo por lo que digas. A veces buscan argucias dentro de las normas para cerrarte el canal. Pero bueno, con los bulos, a tope. A la gente que se dedica a esparcir mierda, pues que le den de su propia medicina.
Respecto a si estas empresas deben ser legalmente responsables del contenido, sí, deberían. Deberían velar por eso, aunque ahí entra la contradicción: una denuncia no debería justificar que te cierren o repriman un mensaje. Porque, realmente, ¿hay un análisis? No sé si estas empresas están dispuestas a dedicar esfuerzos o recursos para verificar si un contenido es cierto o si la denuncia es legítima.
Por eso, está bien que existan mecanismos o gente que señale y denuncie a los que hacen bulos. Si esas adaptaciones son fáciles de implementar, yo estoy a favor, sí.
Sobre legislar para controlar los bulos, la desinformación y el odio que circulan en estas empresas: sí, pero no solo en esas plataformas. También en los medios tradicionales. Hay medios en los que el 80, 90 o incluso 99% de lo que emiten es pura propaganda, difamación o mentiras con un objetivo claro. Eso debería regularse.
Entiendo el argumento de los ultraliberales que dicen que no se debería regular nada. Pero el daño que se hace dejando que esos medios o canales sigan difundiendo versiones falsas o distorsionadas es mucho mayor que el daño de poner límites.
P: Ahora, sobre los límites del humor. “¿Hay un humor más de izquierdas y otro más de derechas?”
R: Sí, claro que lo hay. Hay humor, sí, y hay gente de izquierdas y de derechas. Pero no creo que siempre que alguien de derechas haga algo, lo haga con humor. En cambio, la izquierda suele usar más el humor para denunciar cosas.
No digo que la gente de derechas no pueda denunciar lo que quiera. Pero el humor que hacen no tiene tanto ese enfoque. Aunque, la verdad, no soy un gran consumidor de humor de derechas, así que no te sabría decir si realmente existe algo que podamos llamar humor de derechas.
Claro, hay gente de derechas que hace humor. Por ejemplo, Tip era muy de derechas y hacía humor. Pero, ¿actualmente? No sabría señalarte a un humorista de derechas con valor humorístico siendo conservador, aunque seguro que los hay. Quizá es algo mío, por mis creencias políticas o ideológicas, pero siento que la izquierda es más capaz de hacer humor incluso de sí misma, de sus propios temas o ideas.
En cambio, la gente conservadora, más de derechas, usa el humor entre comillas, más como un ataque o insulto para reírse de otros. Y ese tipo de humor no me interesa. No digo que no lo hagan, pero no es lo mío.
P: Por ejemplo, hay alguien como Nachter, no sé si lo pronuncio bien, un instagramer o tiktoker que hace sketches. Muchos de ellos tomados de otros.
R: Tiene su público, claro, y habrá gente a la que no le guste. Es normal, no todos conocemos todo. A veces veía algo suyo en Twitter y pensaba: Hostia, qué tío tan original.
Pero ahora es más fácil señalar estas cosas, y esto también ha pasado en la comedia en general. Por ejemplo, el tema de la frase que Chevy Chase popularizó en Saturday Night Live: Soy Chevy Chase, usted no lo es. Aquí, en los años 80, Emilio Aragón hizo un programa en Televisión Española y... bueno, no es que fuera una referencia, era un plagio directo. Eso sí, entiendo que Emilio Aragón era un tío viajado, culto en comedia, y que lo adaptó a lo que se hacía aquí en ese momento.
Pues usó ese referente y lo metió en su programa. Claro, en aquel momento, la gente que podía ver canales estadounidenses no era como ahora, que tienes YouTube o el propio canal de Twitter de Saturday Night Live, donde cada semana cuelgan clips.
En ese entonces no había ni parabólicas a principios de los 80. O viajabas a Estados Unidos y sabías quién era Chevy Chase más allá de las películas que llegaban a España, o no tenías ni idea. Solo si conocías el Weekend Update de Saturday Night Live entendías la referencia a su frase: Hola, soy Chevy Chase y usted no lo es.
La versión de Emilio Aragón, “Hola, soy Emilio Aragón y usted no lo es”, era graciosa porque la original también lo era. Ahora, con casos como el de Nachter, te pillan rápido; se ven las costuras enseguida. No es que seamos más listos, es que tenemos más recursos para identificar los referentes en los que se basan. Seguro que no es el único que lo hace. Habrá mucha gente que traduzca chistes extranjeros y diga: Hostia, esto está genial.
Aun así, no soy un gran seguidor de Nachterter como para saber si tiene una componente ideológica clara. Se le asocia un poco con una línea más conservadora, pero no sé.
Yo intento no meterme en demasiados charcos porque ya tengo suficiente, pero es lo que te decía antes: el humor de derechas, cuando se usa para insultar colectivos, pierde la gracia.
Dicen: “Es que ahora los chistes de antes no se podrían hacer”. Pero es que los chistes de antes eran chistes. Ahora, muchos no son chistes, son ataques. Entiendo que alguien se ofenda escuchando un chiste de Arévalo de los años 80. Pero si te pones en la mentalidad social de esa época, aquello era humor en formato de chiste, no una burla.
El problema viene cuando hoy ves chistes que simplemente atacan a mujeres, homosexuales, diferentes razas, etc. Ahí el componente humorístico prácticamente desaparece. Es un ataque disfrazado de ja, ja, pero sin humor real.
P: Cuando estás en tu casa tranquilo, ¿qué te pones para reírte? ¿Podrías recomendar algo español? ¿Y algo de fuera?
R: Sobre qué me pongo para reírme en casa: siempre que me hacen esta pregunta me pillan. Mis referentes suelen ser antiguos. No veo muchos monólogos como tales, ni los especiales de comedia de Netflix, HBO o Filmin. No es lo primero que busco.
Cuando quiero entretenerme, tiendo más a la ficción, especialmente a la comedia en formato sitcom. Aunque ahora no hay tantas como en los 80 y 90, es lo que más disfruto. El formato de la sitcom se ha tergiversado o evolucionado mucho. Es muy distinto a lo que era entonces. Pero, por ejemplo, recientemente, cosas con las que me he reído y que he buscado porque sabía que me iban a gustar: el documental o fake documental de Jorge Ponce, El estafador de famosos. Es una genialidad. Me he reído muchísimo con los cinco episodios que tiene.
O series como Hacks, hablando de series americanas, que es muy buena. También Solo asesinatos en el edificio. La química entre Steve Martin y Martin Short es imbatible. Antes hablábamos de la química entre Berto y Buenafuente, y aquí pasa algo parecido.
Unos compañeros del Frikimalismo FM decían que esta serie es como casa: sabes que, cuando vas allí, te vas a reír y te va a gustar. El ambiente que crean entre ellos es muy chulo, cómodo y confortable.
P: ¿Y alguna serie española?
R: Sí, por ejemplo, Poquita fe, la serie de Raúl Cimas. Me gustó mucho. También Muertos SL, que disfruté muchísimo, o No me gusta conducir. Ese formato, aunque no es la típica sitcom con risas enlatadas o en directo, tiene un componente que me gusta mucho.
Otra que, aunque no sea tan cómica, tiene muchos tonos de humor es En fin, de David Sainz. Es una serie muy disfrutable si no la tomas como una ficción totalmente seria, sino como una interpretación cómica de situaciones serias. Muy recomendable.
P: Perfecto, muchas gracias. La siguiente pregunta viene del usuario Sisebuto: “He visto que tienes una newsletter en Substack. Cuéntanos, ¿qué tal va? ¿Por qué diste el salto a este formato?”
R: En Substack se pervierte un poco el uso que hacen algunos de los que escriben allí, pero también hay gente que escribe muy, muy bien. Lo que busco yo es poder archivar los hilos que publico antes de sacar un libro. En Twitter a veces los hilos se rompían, los enlaces fallaban y no se veían bien. Así que Substack me sirve como un coleccionable de todo lo que voy publicando.
Además, lo uso para avisar a la gente que me sigue en Substack de que he sacado un nuevo hilo y puedan verlo en el canal. Es una herramienta muy chula y útil para quienes disfrutan escribiendo. Hay una comunidad cada vez mayor que escribe desde ficción hasta artículos.
Yo lo uso más como promoción de lo que escribo en otras plataformas, como Twitter o Bluesky. Pero invito a quienes les guste escribir a que se creen una cuenta y la usen como un bloc de notas o un blog clásico, para crear contenido: cuentos, disertaciones, narraciones… lo que quieran. Funciona muy bien.
P: Este usuario pregunta cuánto tiempo tardas en elaborar cada hilo. ¿Se tarda más en escribir o en buscar los clips de vídeo?
R: Más o menos es a la par. Una vez tengo la estructura de lo que quiero contar, escribir es más sencillo porque me apoyo mucho en el material. No me gusta hacer hilos muy largos. Si tienen 15 o 20 tuits, intento que sean manejables porque la gente se va desconectando a medida que avanzan.
Buscar los clips, seleccionarlos y trabajarlos lleva más tiempo. Por ejemplo, ahora los vídeos tienen que ser de 60 segundos máximo, así que tengo que buscar clips que encajen, subtitularlos, recortarlos… eso complica las cosas. Pero todo suma. Luego mezclas todo en la “coctelera” y le das forma en el texto y la selección de vídeos para contar la historia que quieres.
P: Otro meneante te ha preguntado por los humoristas clásicos y queríamos preguntarte por la nueva hornada. ¿Tienes algún favorito entre los que tienen menos de 30 años?
R: Estoy un poco fuera de ese mercado, supongo que por una cuestión generacional. Los cómicos más jóvenes que me gustan están en torno a los 40, no a los 30. Por ejemplo, Miguel Campos me parece muy bueno. Tiene monólogos muy bien estructurados, y su especial en Filmin es excelente.
Otro que me gusta mucho es Unai Etxebarria, “Unid Chair”. Sale en La Resistencia y tiene secciones en La Revuelta. También está Irene Minovas, una cómica catalana que no sé si actúa solo en catalán o también en castellano. Su humor, que toca temas femeninos riéndose de sí misma, me encanta.
Hay más gente interesante. Lo bueno de las nuevas generaciones es que hay cada vez más personas que se animan a hacer comedia. Ahora hay más clubes de comedia, y escuelas como La Llama School, que forman a gente y crean comunidades para dar el salto a escribir y defender monólogos.
Subirse a un escenario, aunque sea ante cinco personas, y contar una historia estructurada que tú mismo has pensado para hacer reír, es un desafío enorme. Que cada vez haya más personas haciéndolo es muy loable.
P: ¿Te has dejado algún personaje en el tintero cuando redactaste tu libro? Ese personaje que hace que te despiertes en mitad de la noche y digas "me arrepiento de que se haya quedado fuera".
R: Sí, claro. Al final son 30 historias. Están todos los que son, pero no están todos los que deberían estar. Me dejé a mucha gente fuera porque, al final, las historias que incluí fueron las que ya tenía un poco trabajadas. Algunas son inéditas, pero la mayoría eran historias que consideré fácilmente trasladables al formato de un capítulo, igual que funcionan en un hilo. Historias que podían captar el interés del lector en este nuevo formato.
Sin embargo, me dejé fuera a muchas personas que me apasionan. Por ejemplo, algunos grandes nombres de la comedia que para mí son, bueno... auténticos dioses. Personas que me han hecho disfrutar muchísimo y que no están en el libro. También quedaron fuera cómicos más antiguos, especialmente españoles.
Algo que también noté a posteriori fue la falta de comedia femenina. Mujeres que hacen comedia. Aunque incluí a Sarah Silverman, en la parte sobre su pique con Matt Damon y Jimmy Kimmel, y a Lucille Ball, o Mary Sampere en la edición catalana, en la edición castellana ese capítulo no aparece. También faltan figuras como Nora Ephron, otro gran referente de la comedia hecha por mujeres, aunque no fuera comediante como tal.
Definitivamente eché en falta más presencia femenina. Es cierto que, siendo un libro retrospectivo, no un análisis actual de la comedia, esa ausencia es, hasta cierto punto, justificable. Cuando revisas épocas pasadas, había muchas menos mujeres destacadas en el ámbito de la comedia. Al buscar grandes nombres, encuentras muy pocos de mujeres, aunque las había y dejaron huella.
Si hubiese una segunda parte, incluiría a muchas más mujeres. No por cuestiones de paridad ni por cumplir con cuotas, sino porque realmente hay muchísimo talento entre las mujeres que hacen comedia.
P: ¿Cómo conseguiste que Buenafuente escribiera el prólogo?
R: Pues se lo pedí, y él tuvo la generosidad de aceptar. Fue un honor y un privilegio que no solo escribiera el prólogo, sino que también me presentara el libro en Barcelona.
No tenía una relación previa con Andreu, más allá de ser un fan suyo desde los años 90. En esa época lo seguía en la radio, cuando hacía El Terrat en Radio Barcelona, un pequeño programa en catalán que emitía la SER. Luego lo vi crecer, pasar a TV3, después a Antena 3, y más tarde a La Sexta, donde ha tenido todo su recorrido posterior.
Por cuestión generacional, siempre lo he visto como uno de los grandes referentes de mi comedia. No digo que no tuviera otros, pero para mí, por sus capacidades y estilo, era un referente clave.
Cuando empezó a seguirme en Twitter, me puse muy nervioso. Pensé: “¡Joder! Es que para mí él es un dios de la comedia”. Más aún al ver que seguía mis hilos, los leía, los promocionaba… En un momento incluso me escribió por mensaje directo para decirme: “Hostia, esto tendrías que llevarlo a otro formato”.
Le respondí algo así como: “Ppues mucha gente me lo dice, pero aún no lo tengo claro”. No pensaba en escribir un libro en ese momento. Sin embargo, cuando finalmente lo hice, me acordé de sus palabras. Le dije: “Tú fuiste de los primeros en animarme a dar este paso, así que ahora te voy a pedir el peaje”.
Le dije algo así como: "Oye, ¿te animas a escribirme el prólogo?" Y me respondió que sí, encantado. La verdad es que me hizo un prólogo que, sinceramente, es para emocionarse. Me sacó la lagrimita, porque realmente se nota el cariño que puso en él.
En el texto, defendió la comedia, que él considera su negocio, y reconoció algo que me emocionó mucho: que alguien, desde la nada, se haya dedicado a hacer homenajes y a contar historias sobre personas como él, que se dedican a la comedia. Eso le gustó y, además, lo promocionó mucho.
Una de las formas en que lo apoyó fue precisamente escribiendo este prólogo para el libro. Para mí, ese prólogo es oro puro. Qué maravilla.
P: Muchas gracias por venirte al Pregúntame, y te seguiremos de cerca.
R: Gracias a vosotros.
menéame