En 1974 Marina Abramović (28 años) realizó una peligrosa performance. Se quedó de pie, inmóvil, con un cartel que decía: "Pueden hacerme lo que quieran. Soy un objeto. Me hago responsable de todo lo que pueda suceder en este espacio de tiempo. 6 horas. De 20h a 2h." Cerca había una mesa con 72 objetos, divididos en dos categorías: placer y destrucción. En las primeras 2 horas no pasó gran cosa (algún empujón, besos, poses...), pero eso cambia: le desgarran la ropa con cuchillas de afeitar, le hacen un corte en el cuello y beben su sangre, etc.
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