Imaginemos una situación de lo más común. Dos personas que caminan apresuradamente se cruzan por la calle. Pueden ser amigos, compañeros de trabajo o conocidos. Uno de ellos saluda con un “hey, ¿qué tal estás?” o “¿cómo te va?”. Automáticamente, el otro responde: “Vamos tirando” o “vamos, que no es poco”. Poco después, cada uno sigue por su lado. El breve encuentro está marcado desde el principio por la queja sistemática. En pleno siglo XXI, las sociedades desarrolladas aceptan este tipo de actitud como una forma rutinaria de interacción.
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etiquetas: lamento crónico , desgaste , emocional , salud , quejarse
www.youtube.com/watch?v=GzDLzZFxwqs
Añado, voto positivo por el vídeo de #1
No, si te parece decimos que "estoy hasta las pelotas" para que le termine llegando a los oidos al jefe.
Mas aseptico y educado un "vamos tirando".
Además que decir algo demasiado positivo también podría sonar más raro todavía. Unen más la miserias que los triunfos.
- Pffff pues fatal, hace poco falleció mi tía, la de Cuenca, estuvimos en el funeral y de camino tuvimos un problema con el coche, no veas, me toca cambiar 3 de las ruedas, y la verdad es que económicamente no va la cosa muy allá como para pagarlas, así que me tocará pedir a mi prima que lleve al niño al cole por las mañanas, hasta que pueda conseguir un préstamo para pagar las ruedas y pasar la ITV, que esa es otra, no conseguí p...
- Ey, ey, ey, ey. Que solo he dicho "qué tal".
Este efecto, denominado sesgo de negatividad, puede volverse contraproducente en el entorno moderno, ya que focalizarse en lo malo de manera continua puede alterar la forma en que las personas ven el mundo y promover así nuevas interacciones como las que se basan en la queja.
Y añade:
Esto significa que las personas quejumbrosas pueden pueden ver mermadas funciones como la resolución de problemas, la toma de decisiones o la planificación. Esto genera aún más frustración y, en consecuencia, más quejas.