Este febrero ha vuelto a abrirse la veda de Pablo Iglesias (paolum podemitum), un raro espécimen que creíamos prácticamente extinguido y cuya cacería ha vuelto a hacer las delicias de los entusiastas de este escurridizo ejemplar. A Pablo Iglesias han intentado abatirlo mediante portadas, telediarios, cloacas policiales, periodistas a sueldo, jueces de alquiler, Indas, Marhuendas, Quintanas, Ferreras, e incluso dispusieron una batida de meses en su domicilio, acosando a su mujer -Irene Montero, monteris irenae, otra disputada pieza de caza