En estos meses privada de libertad Frocadell se ha convertido en una sindicalista. “Quiero empoderarlas”, proclama tras relatar ejemplos,como conseguir secadores de pelo.Escuchándola se concluye que su día a día es peor que en Lledoners porque no está en un módulo de participación sino con el resto de presas. "Es una doble discriminación. Por ser mujer y por ser reclusa".Desde su celda solo ve un muro. Lo más parecido a un momento feliz es poder comer un poco de chocolate que compra en el economato y guarda para la noche.Así, un día tras otro.
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