Cabe imaginar el grado de frustración que supone para un profesional el tener vetados ciertos campos para los cuales está preparado y eso eclosionó definitivamente en la década de los setenta, cuando se le denegó el pasaporte para salir del país y poder colaborar con el famoso Jacques-Yves Cousteau. Es posible que fuera entonces cuando Kurilov tomó la decisión de emigrar. El problema estaba en que sin pasaporte tendría que arriesgarse a una fuga y al vivir en Vladivostok las únicas fronteras por tierra estaban con Corea del Norte y China-
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