Está sucediendo en Castellón, donde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos Penyagolosa ha constatado que hay niños que buscan comida en las papeleras del colegio y maestros que llevan alimentos a clase para llenar los estómagos. Está ocurriendo en Girona, donde uno de los críos acudió al centro con un bocadillo sin nada dentro, pan con pan. Porque su madre le había dicho que era un bocata mágico, ya ven. Y que cerrando los ojos podría imaginar si era chorizo o salchichón del bueno.
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