Muchos fumadores acostumbran a jugar con el humo de la marihuana, a retenerlo en el paladar y luego echarlo por la nariz. Con ello se busca saborear mejor los matices del cannabis, pero a su vez se expone la cavidad nasal a riesgos innecesarios. Aunque no existen estudios precisos sobre los peligros de exhalar marihuana por la nariz, sí sabemos que mezclada con tabaco somete a las fosas nasales a los mismos daños e irritaciones que sufren la boca y los pulmones.
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