La Organización Mundial de la Salud clasifica al alcohol como un carcinógeno del Grupo 1, es decir, el grupo de mayor riesgo. Existe una sólida evidencia científica de su relación con, al menos, siete tipos de cáncer, incluyendo algunos de los más frecuentes, como el de mama o el de colon. Además, en el caso del cáncer no existe ninguna cantidad con la que el alcohol pueda demostrar efectos beneficiosos o simplemente ser inocuo. El riesgo se inicia con dosis muy bajas, por lo que no existe ningún umbral de seguridad en su consumo.
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