En una de las primeras ocasiones en que tal cantidad de cabezas cercenadas se descubre frente a una pirámide. Los especialistas están intrigados por el sorpresivo descubrimiento del número tan grande de cráneos en lo que al parecer fue un templo ordinario y pequeño. Las cabezas fueron colocadas cuidadosamente en hileras o en pequeños montones, en su mayor parte con la cara hacia donde sale el sol. Los cráneos datan de entre 600 y 860 después de la era actual cuando la cercana ciudad-Estado de Teotihuacán había ya declinado.
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