Era algo que ya se podía intuir, pero este primer trabajo es una prueba de campo de la que deberían tomar nota los gobiernos. En esencia, el trabajo demuestra con números que llevar la naturaleza a la misma ciudad es clave en la lucha contra el calor. De hecho, demostraron que los jardines botánicos pueden reducir la temperatura del aire del centro de la ciudad hasta en 5 °C.
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Porque claramente en el Sáhara hace mas calor por el urbanismo desmedido sin zonas verdes
¿cual era la pregunta?
Y el único y último gran espacio verde que queda (la Dehesa de Tablada), zona inundable pero un caramelito inmobiliario, ya ha sido sentenciada de muerte y está previsto que se construya todo lo que se pueda en lugar de convertirlo en un pulmón verde para casi un millón y medio de personas.
Qué mal futuro nos espera...