No hay prácticamente tiendas de ultramarinos en Madrid que no estén regentadas por personas procedentes de China y otros países asiáticos. Si hay algo que la globalización ha unificado, es la idea de que ser extranjero signifique que tus derechos laborales puedan estar en standby. Los primeros meses en Madrid me sorprendía mucho ver que estas tiendas abrían los domingos. Pero es que no solo abren los domingos, sino que tienen horarios infernales. La de mi barrio abre de 10 de la mañana a 11 y media de la noche los siete días de la semana.
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