El repartidor había sido contratado en el 2022 y cobraba 1.199 euros al mes con pagas extra incluidas. Trabajaba tres horas de mañana y tres por la tarde. Los incidentes empezaron en agosto del 2023. Un día el trabajador llegó tarde pero fichó como si hubiese entrado a la hora. Tres días más tarde, llegó a su hora pero le dijo al jefe que quería comer. El encargado le contestó que se tomase un trozo de pizza y el trabajador la encargó por teléfono a la competencia y se la comió a la vista de clientes y compañeros. Fue despedido.
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