(...) alguno de esos antidisturbios pasaría desapercibido en el Museo de la Evolución Humana de Atapuerca, pero entre ellos también hay padres de familia sensibles y con vocación de servicio público; personas que, simplemente, odian su trabajo, lo pasan mal para llegar a fin de mes y finalmente se derrumban frente al estrés. Ahora, imaginemos al representante sindical de Jupol que, tras una dura jornada de trabajo, se sienta en el sofá dispuesto a disfrutar de un capítulo de The Wire (...) Ningún problema.
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