Llevamos seis años viéndolo en imágenes generadas por ordenador, pero esta vez ya es una realidad. Hablamos del que será —perdón, es— el cohete más potente en servicio, capaz de situar en órbita baja 63,8 toneladas (LEO) o 26,7 toneladas en órbita de transferencia geoestacionaria. O bien 16,8 toneladas en una trayectoria de escape interplanetario. Relacionado:
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