El nuevo proceso se basa en una reacción química que utiliza bioetanol de origen sostenible, obtenido a partir de residuos agrícolas, y agua. La reacción se lleva a cabo a tan solo 270°C que reduce considerablemente el consumo energético en comparación con los métodos tradicionales, que suelen operar entre 400°C y 600°C, y que, además, generan grandes cantidades de CO2 como subproducto. Los investigadores, procedentes de la Universidad de Pekín y la Universidad de Cardiff, consideran que este avance supone un impulso para la desfosilización de