Así, poco a poco, ladrillo a ladrillo, es como las derechas están consiguiendo volver a ganar el relato. Lanzándose sin escrúpulos a embarrar con desinformación y bulos a un ritmo endiablado de tal modo que sea imposible responder a todo. Tapando los hechos, los avisos de la DANA, la inacción de las primeras horas y la respuesta posterior dirigida por la Generalitat Valenciana y transformándolo en un odio a los políticos primero, en genérico, y después personalizándolo en la figura de Sánchez.