La historia de Japón es la historia de una nación aislacionista, al menos antes de la primera llegada de Occidente. Desde aquel momento, no tardaron en establecerse una serie de límites a las relaciones internacionales que fueron recogidas en la política sakoku. Esta prohibía por completo entrar o salir a ninguna persona del país, con un contacto reducido a Corea, a China y a los Países Bajos, su único socio comercial en Occidente. Tras una guerra civil llegó en 1868 la restauración Meiji y, con ella, el paso a hacia la modernidad.