Brynjar Karl Bigisson, un niño islandés que padece un trastorno del espectro del autismo (TEA), quiso rendir un homenaje a este barco y construyó la maqueta del Titanic más grande del mundo con piezas de LEGO. Necesitó nada menos que 56.000 y empleó 700 horas de trabajo durante 11 meses. Lo hizo cuando tenía apenas 10 años y su obra llegó incluso a ser expuesta en museos.
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