La utilización neoconservadora del término «woke» es una estrategia discursiva que busca descalificar y deslegitimar ideas y movimientos progresistas, implosionando polarización y dificultando el debate público. En este contexto económico aparece un fascismo similar al de los años treinta del siglo veinte, pero también diferente. En general, hoy propende a ser nacionalista exacerbado y autoritario, genera sus comunicaciones y propaganda en las llamadas «redes sociales».