La heresiarca es un estado surgido de la escisión del Imperio acontecida hace 4 siglos.

Según los heresiarcos, el emperador solo es eterno en espíritu y no en cuerpo. Consideran que el emperador se reunió con Dios tras completar su sagrada misión y que su carcasa vacía corpórea ha sido utilizada por el clero eterno para justificar su poder en el seno eclesiástico y desvirtuar la sagrada obra y promover el pecado.

Este complot seria descubierto por la bendita Heresia, la única mujer que llegó a tener autoridad en el clero eterno donde tras conocer la verdad huyó de la capital imperial hacia las tierras sagradas donde se ganó el apoyo popular de varias de las ciudades, sobretodo en Bora y Evant.

Comenzó una guerra civil entre el norte imperial y el hereje sur donde los leales al clero eterno se vieron incapaces de superar las murallas de Bora y avanzar continente abajo al mismo tiempo que la flota imperial ardía sin remedio víctima del fuego eterno evantino.

Tras la paz, la heresiarca se consolidó en el sur del antiguo Imperio, entre las tierras sagradas y las islas corsarias. Sin embargo el enorme gasto en proteger la frontera norte dejó el sur vulnerable ante la invasión del enemigo que con facilidad conquistó las islas y muchas de las ciudades sagradas

Al final la Heresiarca y el Imperio pactaron una alianza condicionada por la existencia de una amenaza común que permitió que las legiones Sagradas recuperaran para gloria eterna las ciudades de Exaloc, Eissalot, Cephir Ostro y Mistral.

La influencia de la heresiarca en Exaloc perdura en el legado de dos de sus facciones. La academia de la ley sigue una estructura propia de las escuelas de la ley evantinas aunque fielmente adaptadas y leales al Imperio. La bendita caridad que opera por todas estas tierras como orden religiosa ácrata nació inspirada en las misiones evangelizadoras de la bendita Heresia.