El de los desechos electrónicos es el flujo de residuos que más rápidamente crece en el mundo, con 62 millones de toneladas generadas en 2022, un 82% más que en 2010. Los envíos anuales de teléfonos inteligentes, por ejemplo, se han más que duplicado desde 2010, alcanzando los 1.200 millones en 2023. Estos desechos son difíciles de reciclar debido a su compleja composición, que incluye sustancias químicas tóxicas, metales, etc. Los desechos electrónicos son ahora el artículo confiscado más frecuentemente, representando 1 de cada 6 incautaciones