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El 20 de febrero de 2003, por orden del juez Juan del Olmo, de la Audiencia Nacional, la Guardia Civil registró las sedes de Euskaldunon Egunkaria, las revistas ARGIA y Jakin y las oficinas de Ikastolen Elkartea en Donostia. Cerró, precintó y detuvo a nueve responsables de Egunkaria: el director Martxelo Otamendi, el consejero delegado Iñaki Uria, otros cinco miembros del consejo y el director de Jakin, Joan Mari Torrealdai, y el director adjunto de ARGIA, Pello Zubiria. Estuvieron cinco días incomunicados y fueron torturados.