Será por deformación profesional, pero me imagino yo que si tú tienes delante de ti un negocio con mucha pasta (digamos 87.941 millones de euros anuales) que no te pertenece, y quieres quedarte con toda esa pasta... digamos que mandas a unos asalariados a romper el negocio, a la par que tú abres uno en la acera de enfrente, y esperas a que te caigan en el regazo esos 87.941 millones de euros anuales. Claro que ya te encargarás tú de dar servicios por valor de la mitad al mismo precio.
¡Hola, Diego! Mi nombre es Juan Gómez-Jurado. Me recordarás por libros como Reina Roja.
Mi tío José Antonio Gómez-Jurado era ingeniero como tú. Hace muchos años fue la persona que implantó en la fábrica de Lego la ISO 9000, el control de calidad de cuya creación él formó parte también. Era increíblemente aficionado a la lectura, sobre todo a la ciencia ficción, y junto a su hermano, mi padre adoptivo, fueron las dos personas responsables de que yo acabara convirtiéndome en escritor.
Por desgracia, mi tío falleció en el año 2012, demasiado pronto para ver todo lo que le iba a pasar a su sobrino y a sus historias. Muchas veces fantaseamos juntos con la posibilidad de que acabasen haciendo un Lego de alguna de mis historias. Soy consciente de la dificultad. Antonia Scott y Jon Gutiérrez no son Spider-man o Batman, pero son lo más parecido que tenemos en España a superhéroes contemporáneos globales.
Pensando en la memoria de mi tío, y en la ilusión que le hubiera hecho a él (y que me hace a mí) que exista un set de Lego oficial de Reina Roja, aunque sea uno pequeño, dejo aquí este mensaje con mi pequeño sueño. Añado que cualquier beneficio que me correspondiese irá destinado a la Asociación Española para la lucha contra el Cáncer, que fue la enfermedad que se le llevó por delante.
Te mando un abrazo muy grande y enhorabuena por tu trabajo, que en casa disfrutamos mucho.
Venía a lo mismo que #9. Con un secador de pelo salen sin el más mínimo problema. Podrían, no obstante, buscar otro proveedor con un pegamento más fácil de quitar, como las de otros muchos establecimientos. Supongo que así se aseguran un descenso en los robos en la Libreria.
Vivo en Lavapiés y me descojono de este estudio. Acabo de volver paseando de comer en Ibiza con unos amigos, y el choque de un barrio a otro es tan brutal que no tiene sentido alguno para nadie que no tenga ceguera mental o algún tipo de tara.
PD: Madrid es una ciudad increíble. Con sus defectos, pero llena de vida y de energía. Abrados.