Suele llamar la atención cierta admiración e influjo casi "místico" de personas comunes hacia la gente rica y el complejo entramado de las élites para perpetuarse en la cumbre del poder y del dinero. La elite dominante cuenta con la escolta de otros ricos inferiores, que forman una especie de pirámide de acomodados, a quienes se suman altos administradores y políticos que ayudan a manejar el aparato político mundial, además con no pocos adulones profesionales y aspirantes a millonarios que incluyen incluso a hampones...