Todos estamos convencidos ahora de que de esta guerra saldrá una sociedad mejor. Una sociedad en la que seremos capaces de cambiar el individualismo por la solidaridad. A mí me parece que esta creencia está inspirada en Santa Bárbara, de la que nos acordamos siempre cuando truena pero a la que olvidamos enseguida luego. El confinamiento será duro y dejará cadáveres de todo tipo, pero no durará el tiempo suficiente. Lo que quizá quede de esta crisis es la convicción de que sin lo público somos seres insignificantes.
#SúbanmeLosImpuestos