Ante tanta (justificada) indignación por la gestión de la casta política durante estos últimos días, me ha llamado gratamente la atención la gestión (al menos, comunicativa) que está realizando el que, hasta ahora, consideraba bufón mayor del reino. Me refiero al señor Oscar Puente que, en estos momentos tan críticos, ha dejado aparcado su rol de macarra buscalíos al que nos tenía acostumbrados y al que, prácticamente habíamos dado por hecho, debía su puesto como ministro y se ha dedicado durante todos estos días a dar información precisa y detallada sobre las labores que se están ejecutando para el restablecimiento de las infraestructuras. Todavía no he visto mencionarlo por aquí y creo que, aunque debiera ser la norma, debería aplaudir este nuevo talante cuasi-tecnócrata que ha adoptado justo en el momento que hacía falta. Veo con asombro en redes que incluso perfiles muy alejados de su espectro político están felicitando la aparición de este nuevo Oscar y creo que es importante señalar cuando alguien está haciendo las cosas bien con la mínima esperanza de que se tome como ejemplo.