#2 #4 #6 Yo perdí completamente el sentido del olfato a raíz de un traumatismo craneoencefálico que no dejó una lesión detectable. En el transcurso de el segundo y tercer año del accidente fui recuperando el olfato un poco como rellenando huecos de memoria, al principio todo hasta las gasolineras me olía como a cebolla frita, y con el tiempo llegué a distinguir una violeta de una rosa. Sin embargo a veces el olfato me juega malas pasadas, sobre todo con los olores desagradables. Mi teoría personal es que mi sistema nervioso colonizó o adaptó regiones del cerebro distintas, o bien tuvo que reescribir todo el inventario en el trozo de sesos del que se había borrado..

#2 No es exactamente así. Lleva tiempo investigándose la plasticidad de algunas zonas del cerebro para asumir funciones que no ejercían hasta que otras se lesionan o destruyen. Lo que hace el hipotálamo, si queda posibilidad de conexión en los nervios, es adjudicar a nuevas áreas cerebrales la locomoción, que antes no se encargaban del movimiento de las manos o las piernas. Es un matiz complejo, más que un absurdo del titular.

#2 seguramente mucha investigación previa también. La redacción da para pensar que estaban jugando en el cerebro y de repente el paciente movió un pie.