Aranceles, hombre libre de Tebas

Era Aranceles, hermano menor de Aristóteles, un hombre libre de Tebas, bien conocido por su mente brillante. Sofisticado, moderno, inteligente y gran conversador, era un apasionado de todas las ciencias, las letras y las artes.

Sus cualidades cautivaban a muchos, reclamando sin descanso su presencia en foros públicos y fiestas privadas.

Pero si Aranceles tenía un defecto era precisamente ser demasiado consciente de su propio valor. Sabiéndose codiciado, decidió imponer una tarifa del 25% del jornal a quienes quisieran disfrutar de su compañía.

Al principio la idea fue aceptada de buen grado. Después de todo, la sabiduría tenía un precio, y nadie quería prescindir de un banquete amenizado por Aranceles. Pero poco a poco, uno a uno, sus amigos lo abandonaron, incluso los más íntimos, incapaces de aceptar la nueva naturaleza transaccional de su relación. Pronto, Aranceles quedó solo y en bancarrota afectiva.

No fue sorpresa para nadie que su primo Tratados se convirtiera en el nuevo epicentro de la vida social. Al fin y al cabo, su amistad era libre de impuestos y en sus conversaciones las ideas fluían sin tasas.