“La protesta se desarrolló en tono festivo”. Es la frase que más temo leer o escuchar en los medios de comunicación cuando hacen la crónica de una movilización. Es la prueba inequívoca de que el acto reivindicativo no ha preocupado en absoluto a las personas que deberían haberse sentido presionadas por él. Bailes, narices de payaso, flores, globos, pelucas de colores y batucadas. Complementos todos que transforman cualquier reivindicación en un acto inofensivo a ojos de a quienes deberían preocupar