Las obras de Kafka son profundamente filosóficas y han inspirado a filósofos como Theodor Adorno, Hannah Arendt, Walter Benjamin, Gilles Deleuze o Judith Butler. En sus libros, lo extraño se percibe como cotidiano y lo familiar se torna siniestro. Tal como señaló el filósofo David Foster Wallace, su humor surge al convertir verdades metafóricas en literales.