Puede ser que fotografíes paisajes, calles, tus cosas o retratos, pero serás una excepción si nunca has sentido la tentación de ponerte delante de la cámara o ver tu propio reflejo y realizar tu autorretrato.
¿Por qué sucede esto y qué ventajas tiene?
El autorretrato tiene que ver con el ego y el narcisismo pero también con el autoconocimiento, la reflexión y el análisis crítico del cuerpo, la belleza y su expresión; el autorretrato facilita la construcción de la autoimagen mediante la autorepresentación, así como, el reconocimiento del impacto de la mirada de los demás en ese proceso.
La palabra retrato significa en su variante latina “sacar fuera”. ¿Será que a través del autorretrato podremos sacar fuera aquello que está dentro?
El autorretrato puede ser un instrumento para conocerse, una forma de exponer nuestro cuerpo pero también que manifiesta el sentir y el modo íntimo de ser. Un autorretrato es un mapa de tu mundo íntimo, una declaración de intenciones, un testimonio sobre quién eres y cómo te muestras.
Autorretrato de Vivian Maier
El autorretrato manifiesta nuestra necesitad de permanencia y es metáfora de la identidad
Durante milenios el autorretrato fue delito. En el antiguo Egipto solo los faraones tenían derecho a retratarse, privilegio que se amplió a sacerdotes y altos dignatarios de la época. El cristianismo tampoco mejoró la situación, la filosofía de la época señalaba al cuerpo como cárcel del alma, ya lo decía Platón. Hubo que esperar a las miniaturas medievales para encontrar algún dibujo. Solo cuando el ser humano disfrutaba de más libertad e independencia individual empezaron a proliferar los autorretratos, a partir del siglo XV, en la pintura sobre todo.
Desde ese momento el autorretrato ha sido uno de los géneros artísticos por excelencia. La pintura de autorretrato se erigió como símbolo de nuestra necesidad de permanencia , y la propia imagen se convirtió en una metáfora de la identidad y del poder.
Autorretrato de Vincent Van Gogh (1889)
El autorretrato transforma y desmonta el canon de belleza
En la segunda mitad del siglo XX, comienzan a emerger propuestas artísticas con distintos tipos de autorretrato, donde el cuerpo es el elemento más importante de la creación artística. Así la obra de Ana Mendieta, Eleanor Antin o John Coplans, por poner tres ejemplos retratan el paso del tiempo, cuerpos descontextualizados, la belleza como elementos efímeros.
1972. Carving: a traditional sculpture. Eleanor Antin
Naomi Wolf en su libro “El mito de la belleza” evidencia que cuando cayeron las estructuras de poder tradicionales que habían oprimido a la mujer, se erigieron otras nuevas con mayor impacto psicológico y mucho más difíciles de romper.
La industria de la moda, la cosmética y la alimentación se alían con la publicidad para convertir a las mujeres (principalmente y cada vez más hombres) en esclavas de una belleza construida. Así, a diferencia de los cuerpos reales con los que convivimos, nos vemos enfrentados a cuerpos artificiales, a cánones de belleza inventados con los que nos bombardean.
Al tiempo que las mujeres logran traspasar la barrera de la estructura de poder, los desórdenes alimentarios se multiplican y la cirugía plástica se volvió la especialidad médica de más rápido crecimiento. Durante los últimos cinco años, se ha duplicado el gasto consumista, la pornografía se ha vuelto la categoría más importante dentro del medio publicitario y en las encuestas a miles de mujeres, estas confiesan que una de las metas en la vida es perder entre 5 y 10 kilos.
Muchas mujeres tienen más dinero, poder, campo de acción y reconocimiento legal del que jamás habíamos soñado, pero con respecto de cómo nos sentimos acerca de nosotras mismas físicamente, puede que estemos peor que nuestras abuelas no liberadas.
Naomi Wolf
Nuestra imagen corporal sufre intentando satisfacer un canon de belleza que promueve modelos irreales que refuerzan la delgadez, estigmatizando la obesidad y sobrepeso, lo que aparece reflejado en en la publicidad e industria de la moda. Si construimos nuestra subjetividad y autoestima centrada en la apariencia corporal aumentamos nuestra vulnerabilidad. Aquí el autorretrato tiene un fabuloso trabajo que hacer, desmontar el mito.
El autorretrato construye el autoconcepto y evalúa de la autoestima
La construcción de la imagen corporal comienza en la infancia, bajo la influencia de múltiples factores, como el momento histórico, la cultura y sociedad en la que se vive. Las imágenes, los juguetes y las formas corporales que existen en la sociedad inician la creación de esta imagen.
La imagen corporal es la representación del cuerpo que cada persona construye en su mente, partiendo de su particular percepción. La imagen corporal formará parte del autoconcepto que, según Burns (1990), es el conjunto de percepciones, ideas u opiniones que el individuo tiene de si mismo; independientemente de que sean falsas o verdaderas, objetivas o subjetivas, estas opiniones nos permiten describirnos a nosotros mismos.
La construcción de la imagen corporal incluye tres aspectos:
- Perceptivo, relacionado con la percepción del tamaño corporal.
- Subjetivo, que involucra las actitudes, sentimientos, pensamientos y valoraciones que suscita el cuerpo, como cuando estamos insatisfechos con alguna zona corporal.
- Conductual, que se manifiesta en conductas de exhibición o evitación provocadas por la percepción del cuerpo y los sentimientos que esta evoca (Ortega y Jauragui, 2012).
La imagen corporal es subjetiva, pero ningún otro elemento esta tan expuesto a la evaluación publica y privada. El cuerpo es la parte mas visible y sensible de una persona.
David Burns
Así, con el autorretrato, no solo tratamos de comprendernos, sino que también evaluamos nuestros atributos, lo que conforma nuestra autoestima y autoconcepto.
Autorretrato Sophie Calle
El autorretrato es pulsión y deseo de conocerse
El autorretrato es un proceso de indagación sobre el yo.
Es imposible acceder a la propia imagen de una forma directa, por eso es necesario recurrir a su representación a través del autorretrato, del espejo, de la fotografía, de la imagen del otro o del recuerdo.
Una de las razones fundamentales es el irreprimible deseo de conocerse, desde un punto de vista físico, corporal. Este instinto existe el primer año de vida cuando el bebé inicia el camino para formarse una imagen propia. Lo decía Sócrates “conócete a ti mismo”.
Esta curiosidad por el propio cuerpo se mantiene toda la vida. Cuando realizas una fotografía en grupo ¿a quién miras primero? Lo voy a adivinar: te buscas a ti.
Autorretrato Esther Ferrer
El autorretrato encuentra todas tus versiones y matices
Podemos mirarnos en un espejo, podemos reflexionar sobre cómo somos, podemos preguntar a nuestros amigos, pero si tenemos una cámara de fotos, el autorretrato es la mejor elección.
Otra razón importante para autorretratarse es encontrar todos tus matices, todas las personas que puedes ser, autoafirmar tu personalidad, realizar alguna fantasía que no podrías hacer en la realidad, como identificarte con algún personaje, disfrazarte o fotografiarte de forma erótica. Embellecer tu imagen o manipular tu figura con ciertos programas informáticos también te permitirán ver otros personajes en ti.
Es evidente que somos seres plurales, en cada hora del día, época de la vida, momento o lugar representamos, como grandes actrices y actores, el rol que elegimos, o el que otros esperan del personaje que nos han atribuido. Elaboramos la propia imagen a partir de las experiencias e imaginaciones personales, pero también a partir de las expectativas de los demás.
Pero, tengamos cuidado, conocer nuestro yo, no procede únicamente de la vista; las manos y el tacto tienen su función, la musculatura, las emociones, la temperatura, el movimiento, nuestros pensamientos forman parte de un yo total-holístico. La imagen óptica es incompleta y muchas veces errónea si no la dotamos de todo aquello que le falta.
El autorretrato facilita aceptar y querer aquello que soy.
El conocimiento interno es un deseo profundo. El autorretrato tiene una función introspectiva, utilizarlo de esa manera es no corregir, no idealizar, aceptar la emoción, la fealdad y la vejez. Enfrentarse con la verdad tiene una finalidad liberadora. Encontrarse en lo que no nos gusta o duele es fuente de fuerza interior.
Reconocerse en un autorretrato no es fácil, sabemos quiénes somos pero nunca nos hemos visto la cara de frente. Las imágenes pueden cambiar de ángulo, de luz, pero reconocerse es intuitivo y automático aunque nuestro rostro cambie de forma permanente. Un estado anímico altera la expresión, pero continuamos reconociéndonos. Estar alegres, tristes, con rabia o dolor cambia nuestro aspecto totalmente, pero seguimos encontrándonos en la imagen.
Autorretrato Cindy Sherman
El autorretrato puede construir tu identidad
El autorretrato tiene una larga tradición en la historia de las artes visuales, pero ha llegado a su mayor desarrollo gracias a la fotografía. La creación de una imagen de uno mismo por uno mismo ofrece múltiples posibilidades, como la exploración de la propia identidad e historia de vida, o la invención de máscaras y alter ego que pongan de manifiesto dimensiones del yo que permanecen ocultas. Es, en suma, un modo de autoconocimiento.
Rescata la capacidad de ser quien quieras cuando quieras
Cindy Sherman enseña que las personas podemos ser y representar a quien queramos. La imagen es como una fabrica de identidad, un lugar donde podemos contar la realidad que queramos, ser diferentes en cada momento. ¿Y esto no se podría realizar también en nuestra vida real?
La imagen corporal evoluciona, es múltiple y de gran complejidad.
Al mismo tiempo, contribuye a la construcción y enriquecimiento de la propia identidad, fomentando la aceptación y la autoestima. ¿qué más podemos pedir?
Gillian Wearing
Autorretratarse da miedo, pero nada como enfrentarse, descubrirlo y combatirlo para que el miedo pase a ser un excelente aliado en nuestro conocimiento personal.
Es importante autorretratarse en cualquier momento de la vida.
El autorretrato permite que comiences a verte de una forma nueva. La fotografía nos permite ver, y qué mejor que empezar mirándose uno mismo.
Cuando te enfocas con la cámara tienes la oportunidad de modificar la realidad, elegir la cara que quieres poner y el lugar donde quieres estar. Eres modelo y protagonista de tu propia obra.
El autorretrato te va a permitir expresar emociones y ver cómo son. No te vas a aburrir y además, es emocionante descubrir esa cara que no conocías, tu autenticidad.
“Good-Behaviour” . iiu Susiraja
El autorretrato forma parte fundamental de las actividades formativas de ANDANAfoto: